25 Nov 2018

Seguramente has escuchado hablar mucho de mí y haz visto como los otros dicen amarme, la concepción que algunos tienen sobre quien soy y como es mi reino es muy variada. No los culpo.

Los ojos del hombre han visto muchas cosas, buenas y malas; sus relaciones con las autoridades tanto políticas como religiosas no han sido favorables del todo, y han sufrido mucho daño. Yo soy una figura de autoridad, yo soy Rey y por tal motivo la percepción que puedan tener de mí, puede no ser agradable.

En un principio en la historia judía, mi Pueblo pedía un rey, y mi Padre se los concedió, pero obtuvieron reyes con pensamiento de hombre, que si bien algunos fueron grandes reyes, otros hicieron mucho daño al Pueblo de Israel, pero es parte de los riesgos al elegir a alguien que elija por ti. Mi Reino no es de este mundo, y por lo que mi reinado no es igual al de los hombres, no me preocupa darles órdenes e imponer mi voluntad aun sabiendo que les haría un bien, pero los amo demasiado como para coaccionar su libertad.

Mi reinado se basa en el amor y mi juicio es en base a la cantidad de amor que cada uno da a su prójimo. El amor es lo que me movió a mí a dar la vida por ustedes, a entregarme y a amarlos hasta el extremo. Mi reino también consiste en estar con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo yo estoy con ustedes, y en muchas ocasiones me he decepcionado de su indiferencia porque estando enfermo no me visitan, estando hambriento no me dan de comer, estando desnudo no me dan algo para vestir y la indiferencia me hiere.

Se preguntaran que ¿Cómo es posible que no me hubiesen reconocido en estos momentos? Pues han de saber que lo que hacen con los más débiles y los más pequeños, los que más los necesitan, ahí estoy yo, en todos ellos y en ustedes. A los que sean misericordiosos como el Padre lo ha sido con ustedes sepan que en su juicio el amor los premiará, porque al ser misericordiosos sus corazones se asemejan al mío y como yo los amo mucho, al ser semejantes nuestros corazones, no deben temer al juicio del amor.

Ustedes son mi Pueblo y yo soy su Dios y Rey y si su Rey los juzga con el amor, sean semejantes ustedes también, miren, hablen, actúen conforme al amor y serán bienvenidos a mi casa, en la que hay una habitación para cada uno de ustedes.

Mi gracia les basta, Jesucristo Rey del Universo.

Emigdio de Jesús Ochoa.
1o. de Teología.