17 Sep 2019

Se cumplen 209 años que según la historia, se dieron los inicios de la lucha por la independencia del territorio nacional, hoy conocido como México. Han pasado ya más de dos siglos en que México se constituía como nación libre y soberana, sin duda fueron tiempos muy difíciles de inestabilidad social, económica y religiosa; pero gracias a aquellos hombres y mujeres valientes de quien hoy también hacemos heroica memoria, somos un pueblo con identidad y soberanía propia.

México sigue luchando por ser un país más justo, con mayor libertad y con una identidad bien arraigada. En los inicios de la lucha por la independencia se tenía como ideal, la no esclavitud de los hombres, el respeto de los derechos y garantías que la sola dignidad humana merece. Sin embargo es bueno preguntarnos ¿En verdad somos libres? ¿En verdad promovemos la dignidad de la persona? Quizá hoy en día no vivimos sujetos a las disposiciones de otro país, quizá no somos dominados por una monarquía, pero en estos tiempos en que todo se torna difícil y pesado, debemos seguir trabajado por una nación más justa, donde la persona realmente valga como lo que es y no por lo que pueda producir o hacer.

La construcción de nuestra nación no ha sido cosa fácil, han sido años de lucha, de ir caminando e ir plasmando huella, nos hemos enfrentado a muchas situaciones en las que el pueblo mexicano ha manifestado sus ideales y su identidad como una nación que se sabe autentica y humana. En los muchos problemas a los que hoy nos enfrentamos, debemos trabajar juntos, las soluciones no les competen a unos cuantos, sino que cada uno de nosotros debemos tomar nuestro lugar para que esta nación siga caminado, se siga construyendo y auto determinando.

Hoy viene a mi mente el Sr. Cura. Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria. Aquel párroco que en la noche del 15 de septiembre de 1810, al repique de las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Guanajuato, convocaba al pueblo con el estandarte de Nuestra Señora de Guadalupe, un hombre que supo identificar el acontecimiento guadalupano como identidad para todos los mexicanos. Nunca permitamos que nuestra historia sea borrada o manipulada. La historia de cualquier pueblo es la fuente de su identidad, es la memoria de sus héroes, de sus luchas, sus derrotas y sus logros, cuidemos como un tesoro invaluable la historia de nuestra nación y nuestra gente.

Contemplemos la prodigiosa imagen de Nuestra Madre Santa María de Guadalupe, y elevemos una oración por nuestra patria, por los mexicanos y mexicanas que todos los días luchan por ser una mejor nación, por aquellos hermanos que han tenido que dejar nuestra nación para buscar una vida mejor , por aquellos que nos gobiernan para que trabajen por la justicia y la paz, y por último, por nuestra Santa Madre la Iglesia, para que sepa ser testimonio de consuelo y esperanza para todos los mexicanos, especialmente por aquellos que sufren.

¡Viva México! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Nuestra Señora de Guadalupe!
¡Viva Nuestra Santa Madre la Iglesia! ¡Viva México!

Héctor Elías Morales Montes
2do. de Teología