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La oración de contemplación es una de las distintas maneras en las que podemos estar en la presencia de Dios, es una oportunidad para poder sentir el amor misericordioso de Dios.
Y ¿por qué es importante orar? La oración es importante y también necesaria, ya que responde a todos los deseos del hombre hacia Dios, aquello que necesita, que quiere agradecer o que simplemente quiere compartir. De manera general, orar es un don de Dios, un diálogo con quien sabemos nos ama.
Y en el caso de la oración contemplativa, es “mirar al Señor” y escucharlo, vaciarnos de todo bastando una mirada. Hemos escuchado quizá, en algún momento, una forma muy particular de definir este método: «yo lo miro, Él me mira». En este mirar al Señor descubrimos aquello que hemos hablado en la oración. Esto se descubre con disposición del corazón, y el momento en el cual podemos realizar este ejercicio es cuando descubrimos que hablamos mucho, pero no hemos dejado que Dios nos hable. Esto sucede de forma inesperada; hay ocasiones en las que nos quedamos sin palabras al ver al Señor de manera sacramental o al descubrirlo a través de la creación o de un gesto dentro de nuestro día a día. San Buenaventura tiene un pensamiento muy interesante: “Que busquemos al Señor cada día, pero que lo encontremos primero en el propio corazón”. No podemos buscar a Dios afuera, si primero no lo hemos encontrado dentro de nosotros. Entonces, descubrir la voz de Dios en todos estos acontecimientos es contemplar.
Conocer esta manera de orar nos ayuda a no hacer de nuestro diálogo con Dios algo cualquiera, sino un momento especial en el que requerimos paciencia para escuchar. Podemos pensar que el Señor nos pedirá muchas cosas, algo que esté fuera de nuestro alcance; pero lo que realmente espera es que estemos con Él y que hagamos memoria de todo lo bueno que nos ha dado. Cuando no encontremos un punto de partida, acudamos a la Palabra de Dios, que es lámpara que ilumina nuestros pasos.
La oración no consiste en hacer discursos bonitos, frases motivacionales o consoladoras. Oración es, a veces, dirigir una mirada al Señor. Yo los quiero invitar a que busquemos en este método una herramienta más para seguir con nuestro camino de configuración con Jesús Buen Pastor, tomando en cuenta que esto no se da de la noche a la mañana, pero iniciarlo es un gran avance. No nos dejemos vencer por aquellos impedimentos que nos hacen alejarnos de Dios, y pidamos la luz de su gracia para poder escuchar y atender con un espíritu dócil aquello que Él quiere para nosotros.
Iván Ezequiel Martínez González
2 de Filosofía.