27 May 2015

HELLO! 1

Motivaciones para llevar un apostolado ahora con un hijo en la formación sacerdotal.

Definitivamente la mejor bendición es ser parte
de esta gran familia que es el seminario.

Siempre hemos caminado al lado de nuestro hijo, aun antes de que él entrara al seminario. Lo hemos seguido en una continua experiencia de Dios en distintos apostolados, pero ahora que está en el seminario, una de las motivaciones es que hemos sentido un compromiso más fuerte con Dios, como correspondencia a esta gran bendición de tener un hijo llamado al sacerdocio.

Otra de las motivaciones es la responsabilidad de dar testimonio cristiano en los distintos ambientes (familiares, laborales y comunitarios), comenzando en nosotros mismos que sentimos el llamado de Dios, reflejado en nuestro hijo, que nos lleva a un espíritu de oración constante. Dicha espiritualidad nos une como padre, madre e hijo, y nos mueve a buscar una relación íntima con Dios, a ejemplo de San José y la Virgen María que no solo acompañaron a su hijo Jesús, sino que también dieron ejemplo a los demás.

Cuando entró nuestro hijo al seminario, nos invitaron a vivir el DEPS (Dinámicas de encuentros de papás y seminaristas) donde otros papás de seminaristas nos ayudaron a entender esta nueva etapa, que no solo viviría nuestro hijo, sino que también nosotros como papás también viviríamos. Y al ver lo valioso que fue para nosotros, terminamos enamorados de ese apostolado, y con el paso del tiempo, nos dieron la oportunidad de apoyar en DEPS, en el cual llevamos ya 4 años sirviendo.

Al compartir nuestra vida y nuestro apostolado en este camino, nos ha llenado de muchas bendiciones, como: la amistad cercana con muchos sacerdotes y seminaristas; un compartir emociones y sentimientos con otros papás de seminaristas que ya llegaron a ver a sus hijos como sacerdotes, y que nos ilusionan con experimentar el momento de la ordenación de nuestro hijo; y definitivamente, la mejor bendición es ser parte de esta gran familia que es el Seminario de Monterrey.

 

José María Montalvo Rodríguez y Angelica Valdés Garza 

Papás del Seminarista José Juan Montalvo Valdés