“Dios se cansó conmigo en el trabajo, es hora de buscar a Dios adentro, enamorado”.

Hemos iniciado con mucha esperanza este tiempo de la Cuaresma, y como menciona el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma de este año, es un “tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado”. Un tiempo especialmente importante para nosotros, discípulos de Cristo, que nos orienta y motiva a encontrarnos con Él, en el misterio pascual.

Para mí, las palabras en el himno de las vísperas del lunes II de la liturgia de las horas, en el tiempo ordinario, me ayudan a contemplar la dinámica espiritual con la que iniciamos la Cuaresma: “Hemos topado a Dios en el bullicio, Dios se cansó conmigo en el trabajo; es hora de buscar a Dios adentro enamorado”.

Me gustaría compartir mi reflexión sobre el inicio de la Cuaresma inspirándome en este fragmento del himno litúrgico y en las palabras del Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma 2022.

“Hemos topado a Dios en el bullicio”. Dios se presenta en nuestro día a día, no indiferente ni lejos de nosotros, sino cercano y visible porque nos llama. Este llamado es a ser fructífera nuestra vida, sobre todo en este tiempo de Cuaresma, en  que se “nos invita a que nuestra vida esté marcada por el amor, el servicio y la unidad” (Garza, 2016). Pero requiere de nuestra respuesta ante los constantes ruidos del mundo, las distracciones o lo que deliberadamente nos impide acercarnos a Dios.

Dios nos llama entre las diversas circunstancias de nuestra vida, y este tiempo es propicio para dejarnos encontrar por Él.

 “Dios se cansó conmigo en el trabajo”. La presencia de Dios se hace más cercana cuando más débil nos sentimos: en nuestra fragilidad Dios nos fortalece, como bien lo dice el Apóstol San Pablo: “pues, cuando soy débil entonces es cuando más fuerte soy”. (2 Cor 12,10b). 

En la Cuaresma contemplamos que Jesús asumió nuestra humanidad y la redimió, viviendo en sí mismo el “cansancio” de nuestra fragilidad; por eso es importante no dejar de esforzarnos por alcanzar la santidad. En nuestro proceso de conversión vivimos experiencias que nos pueden agotar y debilitar, pero el centro de nuestra fe y esperanza está en Cristo, que murió y resucitó (cfr. 1 Cor 15, 17-20), así nuestro trabajo para vivir en la santidad no es en vano, ni solitario. Por eso el Papa Francisco, reflexionando en la cita bíblica de la carta a los Gálatas nos exhorta a  que “no nos cansemos de hacer el bien”(6,10), porque Dios no se cansa de perdonar y amar.

“Es hora de buscar a Dios adentro, enamorado”. He aquí lo que considero la recompensa de nuestra entrega de vida. Hoy, con nuestro esfuerzo diario, a pesar de nuestro egoísmo, frustraciones, miedos e indiferencia, en la entrega, trabajo y esfuerzo que implica la conversión, en nuestro camino cuaresmal (y en la vida diaria), se recompensa con el amor de Dios que es sublime, que nos transforma y nos alcanza la vida eterna. Dios está ahí, en tu corazón y en el hermano. Por ello, “pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar”. (Francisco, 2022).

La Cuaresma es un momento verdaderamente importante para mí, porque es un tiempo propicio para contemplar a Dios (toparnos con Dios); cansarnos por medio de nuestro esfuerzo que alcanza su plenitud máxima con la gracia misericordiosa de Dios, viviendo nuestra conversión. Es ahí donde contemplamos la recompensa de nuestra vida; el amor que Dios no se cansa de dar.

Osmar Gregorio Rivera Hernández

Seminarista | 2do. de Teología

Bibliografía

Papa Francisco (24 de febrero de 2022). Vatican van. Recuperado el 02 de febrero de 2022, de Vatican.van: https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/lent/documents/20211111-messaggio-quaresima2022.pdf

Garza, C. J. (2016). Para vivir la Pascua (Primera ed.). D.F: PPC Editorial.