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Misión San José de la Noria
Por: Alejandro Cantú Sáenz, Primero de Teología
Cada año los seminaristas nos vamos de misiones de verano, en las cuales hacemos diferentes actividades, este año es diferente a los demás, ya que la Arquidiócesis de Monterrey junto con el Seminario de Monterrey se ha propuesto un proyecto, el cual, la intención de misionar, es hacer que cada persona se una a la misión de vocacionalizar Monterrey y que aquellos que no conozcan que es la vocación descubran lo que realmente significa, ya que en ocasiones hablar de esto es sinónimo de sacerdote o religiosa. Por lo tanto el proyecto propuesto es hacer que todos conozcamos las diferentes vocaciones a las que el Señor nos llama, sembrando la semilla de la vocación, mediante la oración, promoción e invitación a que más personas, sobre todo los niños, adolescentes y jóvenes se pregunten qué es lo que Dios quiere de ellos y a que los invita. De este modo perder el miedo y saber que llevar un proceso vocacional, no es mandarlos al seminario o querer que sean religiosos, sino que hacer un proceso vocacional es hacer un discernimiento para responder al llamado que Dios les hace.
Dentro de las diferentes actividades, es invitar a los enfermos a que se unan a la misión desde su realidad o situación, dándole un sentido de vida a su padecimiento o enfermedad, ofreciéndola por las vocaciones, y que nos sea un sufrimiento en vano, sino que al unirse a la misión desde esta realidad, aquella misma, sea una oblación para el Señor y camino a su santificación, por ellos todos los días durante estas tres semanas en las que salimos a visitar a los enfermos es llevarles el kerigma vocacional, y compartir con ellos un momento de alegría en medio de su enfermedad. En lo personal esta experiencia ha sido de lo más gratificante, pues al llevar este mensaje vocacional, se reflejan las ganas de las personas con alguna enfermedad de hacerles ver que su vida tiene un sentido y cuando los invitamos se alegran y ven con otros ojos su enfermedad. Ciertamente que somos nosotros los que a través de ellos nos vamos llenando del gran amor que Jesús tiene para con nosotros y que nos mira con su gran misericordia e invita a no soltarnos de su mano, por último me gustaría hacer una invitación a todos aquellos que tienen a su alrededor a uno o varios enfermos, se den la oportunidad de ir a visitarlos y experimentar el amor del Jesús que se presenta con su más hermosa forma, en el enfermo, así te enamorarás más de Él y llevarás alegría al prójimo, ¿qué no estamos en este mundo para ser felices y hacerle la vida más amena la otro? Pues en esta experiencia de visitar al enfermo y pedirle que se una en oración ante su enfermedad por las vocaciones será una manera en la que Dios te alegrará la vida y tú la de alguien más.
Por otro lado también se está visitando a los grupos de las parroquias para todos unirnos en oración, promoción e invitación y que al cabo de tres años todos seamos promotores de la vocación. Y no sea algo exclusivo de sacerdotes o religiosos, sino un compromiso de todos para responder al llamado que el Señor tiene para cada quien.
Y tú, ¿ya oraste? ¿Ya promoviste? ¿Ya invitaste? Únete a la misión vocacional, y sé parte de la Iglesia que celebra el llamado y responde con un generoso SÍ al igual que Nuestra Madre Santísima María.