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Por: Departamento de Comunicación
El año 2016 para nuestro Seminario de Monterrey fue un año lleno de muchas bendiciones.
Nos encomendábamos a Dios en el inicio del segundo semestre del ciclo escolar 2015-2016. Dábamos inicio en el mes de enero con la Semana de Ejercicios Espirituales en donde llevados por la reflexión y el Espíritu Santo, proyectamos personal y comunitariamente nuestro año. La imposición de sotanas a nuestros hermanos del Seminario Menor y la admisión como candidatos de hermanos teólogos fue un acontecimiento vocacional nos animó a cada uno con nuestro proceso formativo.
Con mucha ansia esperábamos el inicio del mes de febrero. Al inicio de este mes se llevaba cabo el Encuentro Vocacional Sacerdotal que reunía a varones con la inquietud de la vida sacerdotal. Después, como cada año, en este mes, se acercaban las actividades propias de la Colecta Anual: la semana de oración por las vocaciones sacerdotales, visita a los colegios católicos y nuestra presencia en las diferentes parroquias de nuestra Arquidiócesis, sin lugar a dudas, fue una experiencia en donde observamos el amor que nos tiene el Pueblo de Dios y nos deja el firme compromiso de seguirnos formando a semejanza de Cristo Buen Pastor.
No podemos dejar para el mes de febrero sin mencionar la visita del Papa Francisco a nuestro país. Entre las diferentes actividades que su Santidad tuvo en territorio mexicano, participamos del Encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas en la ciudad de Morelia, Michoacán. Aunque cansados, las palabras del Papa Francisco calaron hondo en el corazón de cada uno de nosotros cuando nos exhortaba: “No queremos ser funcionarios de los divino, ni somos ni queremos ser nunca empleados de la empresa de Dios, porque somos invitados a participar de su vida”. ¡Los seminaristas salimos al encuentro del Vicario de Cristo, de Pedro mismo! Una experiencia que estamos seguros nadie olvidará.
Este acontecimiento trajo a nosotros un corazón sumamente agradecido que compartimos en las comunidades en las Misiones de Semana Santa, ahí nos encontramos con el pueblo de Dios, le escuchamos, consolamos y servimos, nos alegramos con la Iglesia por la salvación que nos trajo el Señor con su muerte y resurrección. Después de esta intensa semana, nos fuimos a compartir unos días junto a nuestras familias.
Se acercaba la fiesta de San José, obrero, el tradicional novenario, las competencias deportivas y la convivencia fueron una oportunidad para reflexionar sobre el trabajo. En este mes de mayo, una representación de seminaristas acompañamos a Mons. Jorge Alberto Cavazos Arispe, quien tomaba posesión como obispo de la Diócesis de San Juan de los Lagos, Jalisco, en su primer mensaje, recordó a nuestra arquidiócesis y con cariño particular agradeció al Seminario de Monterrey.
Una vez terminado el ciclo escolar 2015-2016, era momento de preparar las actividades del verano. Antes en un ejercicio de sinodalidad, junto a nuestras familias fuimos convocados a la II Asamblea del Seminario, durante estos días hablamos sobre el papel fundamental que juegan nuestras familias en la nuestra formación sacerdotal, nuestras familias externaron sus inquietudes y en oración encomendamos los nuevos proyectos formativos bajo el binomio Seminario-Familia.
Ya en el verano, alumnos y formadores participamos del Curso Básico de Pastoral Vocacional que nos dio las herramientas necesarias para los trabajos de las misiones de verano que en esta ocasión tendrían la característica de “Misiones Vocacionales”. A lo largo de tres semanas, estuvimos presentes en 10 zonas pastorales de nuestra diócesis visitando parroquias, llevando el mensaje vocacional e invitando a los jóvenes a descubrir su vocación y a comenzar un proceso de discernimiento vocacional para saber el sueño que Dios ha tenido para cada uno. Al mismo tiempo que se llevaban a cabo las actividades del verano, se realizaba el Pre-Seminario, una actividad para los alumnos que iniciarían su proceso formativo en el Seminario Menor el próximo mes de agosto.
Esto es un poco de lo que sucedió hacia la mitad del año 2016. Terminábamos un ciclo escolar y comenzábamos uno de la mano de Dios, bajo la protección de nuestra Madre Santísima. ¿Quieres saber lo que vivimos en esta segunda parte del año? No te pierdas la siguiente nota en donde te lo contaremos.