27 Abr 2017

“… Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto. Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.”

Col 3, 14-15.

 

Hace poco más de 35 años, ante la gran cantidad de colaboradoras y bienhechoras espirituales del Seminario de Monterrey, algunos sacerdotes, formadores del seminario, y el equipo de Economía, se juntaron para idear algo que sirviera como agradecimiento al labor de las bienhechoras.

Estas reuniones dieron como resultado un evento periódico en el Club de Leones. Ahí las colaboradoras no sólo gustaban de una buena merienda, sino que también disfrutaban de un desfile de modas patrocinado por una agencia de viajes, en el cual, participaban diversas marcas de ropa importantes. Ya desde entonces los seminaristas asistían a estos eventos para conocer y atender a sus bienhechoras.

En esta actividad llegaron a asistir cerca de 1000 bienhechoras. Con el paso del tiempo y por diversas circunstancias, se tuvo que cambiar el lugar del evento, siendo después el Seminario Menor donde se realizarían estas actividades. Sin embargo, empezó a disminuir la asistencia de las colaboradoras porque el espacio interno del lugar no favorecía la buena apreciación del desfile. Esto llevó al departamento de Economía a pensar en otra actividad que estuviera adecuada al lugar. Así cambió la dinámica de este día, permaneciendo solamente la merienda e incluyendo el juego de lotería y una rifa, todo ello armonizado con música en vivo. Surge así la llamada “Tarde de Damas”.

Este evento se realiza tres veces al año, ahí algunos de los seminaristas asistimos con el fin de agradecer, atender y acompañar a sus bienhechoras. La primera es en Septiembre, donde asisten los seminaristas que viven ahí en el Menor; después en Diciembre, apoyando seminaristas del Instituto de Filosofía; y por último está la de Abril, ahí participamos los seminaristas que estudiamos ya Teología.

Es para nosotros muy importante asistir a estos eventos porque podemos conocer más de cerca de nuestras bienhechoras espiritual y materiales. Así mismo aprovechamos para agradecerles personalmente el gesto que tienen de ser colaboradoras de nuestro Seminario de Monterrey.

Miguel Alejandro Ortiz Balandrán

Segundo de Teología