- BY Seminario de Monterrey
- POSTED IN Blog
- WITH 0 COMMENTS
- PERMALINK
- STANDARD POST TYPE
“Único mediador entre Dios y los hombre”
( 1Tm. 2, 5)
El orden del presbiterado establece la misión confiada por Cristo a sus apóstoles, que sigue siendo ejercida en la iglesia hasta el fin de los tiempos. Como en todo sacramento somos conscientes que se tienen signos y ritos que nos demuestran las esencias del amor de Dios, en este en especial se da la consagración de una persona por su plena libertad a darse en su totalidad a Cristo y a la iglesia.
El rito esencial del sacramento está constituido por “la imposición de manos” del obispo sobre la cabeza del ordenado, así como una “oración consecratoria específica” en la cual toda la asamblea pide a Dios la efusión del “Espíritu Santo” y de sus dones apropiados para el candidato que es ordenado.
Otro aspecto importante en el rito, es el momento en el cual el obispo unge al candidato con el Santo Crisma, como signo de la unción especial del Espíritu Santo que se hace fecundo en su ministerio. Como parte de la celebración, se hace entrega de la patena, el cáliz y de los Sagrados Evangelios.
En el ministro ordenado, es Cristo mismo quien está presente en su iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, Sumo Sacerdote del Sacrificio Redentor y Maestro de la verdad. Es lo que la iglesia expresa, al decir que el sacerdote, en virtud del Sacramento del Orden, actúa “IN PERSONA CHRISTI”.
Como Iglesia de Monterrey estamos invitados a participar de ésta celebración, el martes 15 de Agosto a las 5:00 p.m. en la Basílica de Nuestra Señora de
Guadalupe. ¡Unidos como iglesia, celebremos el don del sacerdocio!