07 Sep 2017

Los diáconos participan de una manera especial en la misión y en la gracia de Cristo. El sacramento del Orden los marca con un sello («carácter») que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo «diácono», es decir, el servidor de todos.

Los diáconos son ministros ordenados para las tareas del servicio de la iglesia, aún no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les otorga funciones importantes en el ministerio de la Palabra, del cultivo y del servicio de la caridad, y las tareas encomendadas por su obispo.

Los actos litúrgicos en este rito tienen como materia y forma: la imposición de manos y la oración consecratoria, a los diáconos sólo el obispo les impone las manos, pero «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio» o servicio.

Decía San Ignacio de Antioquía: «Los diáconos son los imitadores de Cristo porque ellos son los servidores del obispo, como Cristo es el servidor de Dios Padre», por eso agrega: «A los diáconos ha sido confiada la “diaconía” de Cristo».

El sábado 9 de Septiembre, recibirán el Orden del Diaconado once de nuestros seminaristas, a las 10:00 a.m. en la Basílica de Nuestra Señora del Roble.
Esperamos contar con su presencia.