Esta semana el Seminario Arquidiocesano de Monterrey tuvo un espacio para la meditación y la vivencia de las Sagradas Escrituras, con motivo de la fiesta de san Jerónimo (347-420 d.C.) a quien en Occidente celebramos el 30 de septiembre.

Éste gran santo fue el que dedicó su vida a la traducción de la Biblia del griego y el hebreo al latín. Por este motivo el mes de septiembre es conocido como el mes de la Biblia.

Durante estos días, algunos sacerdotes especialistas en Sagradas Escrituras, fueron invitados a compartir sus conocimientos con nuestra comunidad, pues sus aportaciones y reflexiones son para nosotros de mucha ayuda para comprender y profundizar más, en la Palabra revelada por Dios.

La Iglesia siempre ha reconocido la presencia viva del Señor en dos partes; en su Cuerpo y Sangre y en su Palabra, en ambas encontramos alimento espiritual, alimento que no se acaba ni se corrompe. Es tarea de todos los cristianos hacer que este alimento llegue a aquellos que no lo conocen, para todos los que tienen hambre y sed de Dios.

Es importante que le demos un lugar primordial a la Palabra de Dios, no solo en el ámbito litúrgico-celebrativo; sino en nuestra vida diaria, en nuestros ministerios de apostolado. La Palabra y la Eucaristía deben ser el centro de nuestra fe de donde emane la fuerza y la gracia, para seguir propagando el Reino de los Cielos.

Análogamente, la Palabra de Dios es como una lámpara que ilumina las tinieblas del pecado, es guía que nos conduce hacia la el Camino, la Verdad y la Vida. La Palabra revelada por el Padre en su Hijo y los Profetas, nos interpela y nos comunica su mensaje de amor, que sana y salva a todo aquel que lo escucha y lo vive.

Finalmente los invito a que, no veamos la Sagrada Biblia como un artículo que adorna la sala de nuestra casa; sino que durante nuestro día, tomemos un tiempo para leerla y meditarla. Que la Sagrada Escritura sea el centro de nuestra familia, que nos alimente, nos ilumine y nos guíe, para alimentar, iluminar y guiar a nuestros hermanos.

Héctor Elías Morales Montes
Seminarista de 1o. de Teología.