10 Jun 2015

HELLO! 1

Pbro. Juan Carlos Arcq comparte los acontecimientos que Dios ha suscitado en su Iglesia y en el Seminario en estos tiempos

Reciban un sincero y agradecido saludo en Cristo Jesús.

En este espacio deseo presentarme a cada uno de ustedes, para compartir desde la fe, los acontecimientos que la Providencia de Dios ha suscitado en su Iglesia  y en el Seminario en estos tiempos.

Mi nombre es Juan Carlos Arcq Guzmán, tengo 48 años de edad y 17 de ordenado sacerdote. Cursé mis estudios en el Seminario de Monterrey, a donde entré al concluir mi sexto semestre de Arquitectura. A mis 22 años de edad me llamó el Señor a dejar la construcción de casas para dedicarme a construir su Reino. Ya ordenado estuve cuatro años en la Curia trabajando de cerca con mi Arzobispo, Don Adolfo Antonio Suárez Rivera, en el secretariado de Catequesis y en el Tempo de San Maximiliano María Kolbe. A los cuatro años de ordenado fui invitado a irme de misión a Chiapas donde atendí una parroquia rural que abarcaba dos municipios y 53 comunidades. Estuve 4 años por allá y al regresar el entonces nuevo Arzobispo, Don Francisco Robles Ortega, me pidió iniciar, en el Departamento de Misiones un nuevo proyecto misionero para todas las parroquias: Pueblo de Dios en Misión.

Estando aún en ese proyecto, se me pidió asumir Raza Nueva en Cristo, un proyecto de misión con pandillas. Eran tiempos de mucha violencia (2009 – 2010) cuando fui enviado a las calles a predicar, junto con jóvenes pandilleros la Buena Nueva de Jesús. En aquel entonces no pensé que yo podría sacar adelante dicho proyecto tanto por mis limitaciones personales como por mi estado de salud por el que pasaba en aquel momento. Sin embargo, Dios me dio la fortaleza y sabiduría de su Espíritu para cumplir la misión encomendada formando a pandilleros para ser misioneros.

En mayo del 2013, nuestro nuevo Arzobispo, Mons. Rogelio Cabrera López, me invitó al Seminario para implementar, como encargado del área pastoral y como párroco de San Miguel Arcángel (en Juárez), un proyecto de renovación misionera del Seminario. El objetivo, me dijo el Arzobispo, era lograr que los nuevos sacerdotes salieran con una actitud más misionera y con disponibilidad a ser enviados con alegría a las parroquias más pobres y necesitadas.

Estaba apenas planeando dicho proyecto cuando una nueva sorpresa, totalmente inesperada por mi y por el equipo formador: El Padre Hilario González, fue nombrado Obispo de Linares y un servidor fue nombrado como su sucesor asumiendo el cargo de Rector del Seminario de Monterrey.

Desde el día que fui nombrado en diciembre, mucha gente me ha hablado para saludarme y felicitarme. La verdad me cuesta entender porqué me hablan, ya que algunos lo hacen pensando en que me dieron un “ascenso” en la Iglesia, un “puestazo”; otros comparten su alegría expresando con fe que es la voluntad de Dios. Yo la verdad, lo único que sé, es que, desde que en 1986, a mis 20 años encontré a Jesús vivo y decidí seguirlo sin condiciones, toda encomienda que me han hecho, ya sea como coordinador laico de un grupo de jóvenes o como Rector del Seminario, no es otra cosa sino un paso más en el camino, en el único camino.

En mis convicciones, no existen en la Iglesia “puestos” más importantes a los que debemos aspirar; creo que un servicio es un compromiso de continuar sirviendo a Jesús y seguirle a donde quiera que Él nos lleve, así sea lo que para algunos sería un “descenso”. Lo que mi madre me enseñó y eso es lo que aspiro, es amar y servir a los más pobres, a los excluidos, a los más marginados social y religiosamente.

Ahora no estoy en una parroquia pobre o con pandilleros, pero estoy con muchos jóvenes alegres que desean seguir a Jesús y a ellos soy enviado a servir buscando que no tengan otros intereses, que no aspiren a otra cosa, si no a seguir y amar a Jesús y al pueblo de Dios. Cuando miro sus rostros y sus esperanzas, cuando escucho sus anhelos  y contemplo sus sueños, entonces se que, aunque nunca lo anhelé o esperé, estoy en el lugar que debo estar.

Me encomiendo a sus oraciones y los espero cada primer domingo de Mes en la Misa de bienhechores.

Dios les bendiga.

Atte: Pbro. Juan Carlos Arcq Guzmán

Rector del Seminario de Monterrey.