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Con gran gozo hemos recibido en el Curso Introductorio las reliquias de Santa Margarita María Alacoque, misma que el sábado 18 de agosto llegaron a Monterrey para compartir esta experiencia espiritual y de amor con los regiomontanos. Nuestra casa en Paso Hondo, Allende, NL, tuvo la dicha de compartir una hora de oración ante los restos de la santa.
Esta santa del siglo XVII, perteneció a la Orden a de la Visitación de María, y tuvo una experiencia mística con Jesús mismo, quien le invitó a compartir la devoción al Sagrado Corazón los primeros viernes de mes. Esta devoción ha sido de las más rezadas por los cristianos, ya que lleva consigo lo que el mundo sigue necesitando: el amor.
Con un mes de anticipación invitamos a los fieles y amigos de nuestro Seminario y la respuesta no se dejo esperar, ya que desde temprano algunos invitados, junto con los seminaristas, con alegría en el corazón, esperaban la llegada de las reliquias.
Tuvimos tres momentos especiales: primero, cuando rezamos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús; segundo, la catequesis que nos compartió el Padre Claudio (de la guardia de honor de Santa Margarita); y el tercero, y no menos importante, la veneración a las reliquias de la Santa.
El coro del Seminario cantaba con gran devoción y los fieles pasaban a rezar de rodillas y tocando la urna para pedir algún favor a Dios a través de Santa Margarita. Este momento se fue extendiendo en la medida que pasaban los fieles, y no se diga de los seminaristas, que con gran devoción hacían sus peticiones.
Cabe destacar que la comitiva que acompaña a las reliquias, formada por 15 personas, entre ellas, laicos, sacerdotes y religiosas, hizo un gran esfuerzo para realizar los recorridos con las reliquias de la Santa en nuestra ciudad y llevarlos hasta nuestro Seminario en Allende, NL.
Recordemos que con los santos y la Virgen María realizamos actos de veneración, ya que sólo la adoración es a Dios (CEC 2095ss). Recordamos también los que nos dice el Concilio de Nicea II: Veneración a los santos; híper veneración a la Virgen María y sólo a Dios la adoración.
Los santos son personas que han vivido en grado máximo las virtudes de Cristo, y que han sido reconocidos por el sensus fidei y el Magisterio de la Iglesia para ser ejemplos de vida e intercesores; así entonces, pidamos a Dios a través de Santa Margarita, un corazón que sea semejante al de Jesús.
Pbro. Ernesto Fabián Tello Medina
Coordinador de Espiritualidad del CI