El anuncio de la resurrección es el núcleo de nuestra fe, es por ella que miles de hombre y mujeres han fijado su mirada a Cristo.

Jesús con su muerte se vuelve el mejor ejemplo de entrega por los demás, y el mensaje de Cristo no concluye en la cruz; sino, que se desborda con un acontecimiento divino que llena de alegría y esperanza a toda la tierra, ¡CRISTO HA RESUCITADO! y no podemos esconder este hecho.

Jesús una vez resucitado se aparece a sus apóstoles y les dice: “Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad” (Mc 16,15). Es Él la Buena Noticia, Él es nuestra alegría porque con su sacrificio nos ha demostrado, cuánto Dios ama al hombre y cuánto desea y anhela que estemos con Él. En la actualidad se sigue escuchando el grito de todos los discípulos de Cristo que anuncia con entusiasmo la Buena Nueva, que entregan su vida a diario por Jesucristo, nuestra esperanza.

Los seminaristas, estamos convencidos que este anuncio es de suma importancia para todos, que existen personas que ignoran o desconocen cómo Dios nos ha amado, y esa es nuestra misión. Proclamar que, Él es el camino que anunciamos, y que queremos ser imagen de Cristo en esta sociedad que cada vez trata de separarse más de Dios.
Salgamos a predicar con nuestras palabras y acciones que Cristo ha resucitado y que Él es nuestra alegría.

¡Contamos contigo!

Alfredo Cantú Leal
Curso Propedéutico
Revista San Teófimo No. 141