- BY Seminario de Monterrey
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Santa Teresita del Niño Jesús, es una santa que me ha enseñado el valor de la contemplación, porque su manera de dirigirse a Jesús, aunque para muchos pareciere que es de modo un poco infantil, es profundamente trascendental. Su lenguaje ante Dios es realmente sencillo, sin portentosos discursos, lleno de pequeñez, de ternura, de detalles, de miradas, de silencio, simplemente vivir el cielo aquí en la tierra.
Ella me mostrado que el camino del discípulo, más allá de la escucha atenta al Maestro (cfr. Mc 3, 13-19), es necesario vivir momento a momento, porque cada día tiene sus propios afanes (cfr. Mt 6, 34). “Él solo pide abandono y agradecimiento” es una de las frases que ella exclamaba constantemente cuando compartía el amor de Jesús con sus hermanas carmelitas, y sin duda, es algo que adopté desde los primeros años y lo he ido haciendo vida en mi respuesta vocacional.
Santa Teresita de Lisieux, principalmente contempla cuando ama, por eso ella siempre quería amar muchísimo, siempre le sobraban ganas de recurrir constantemente a la oración, de ahí su popular frase: “vivir de amor” y ¿qué locura no? ¡Sólo Jesús le devuelve más amor a tu amor!
Concretamente, me enseña a vivir el valor de la contemplación en la liturgia, a estar atento a los mensajes y acciones de Jesús en el Evangelio, a tener ansia de apostolado, a observar las cualidades del Buen Pastor y a tener una entrega generosa con mis hermanos.
Ella es mi gran amiga, la pequeña Teresita, mi compañera de camino, la gran patrona que el Señor me otorgó; es mi ejemplo para amar a Jesús y con ella comparto cada día mi llamado y vocación. Santa Teresita de Lisieux me ha enseñado esa forma auténtica y total de vivir de amor por Él y por los demás. «Confianza y abandono» es el caminito que me ha mostrado, en esta infancia espiritual. Darle al corazón divino todo, porque a Él le gusta la ternura, y exclamo junto con ella: ¡quiero pasar mi cielo aquí en la tierra! ¡Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros!
José Isabel Hernández Salazar
1ero. de Teología