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“Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien”. (Papa Francisco, 2020)
Aún en estos tiempos tan difíciles de pandemia, donde todo se ha vuelto caótico, es increíble que Dios sigue llamando trabajadores a sus mies, y, aún más sorprendente es el hecho de que hombres valientes se deciden a adentrarse en la aventura de la fe, respondiendo de manera positiva al llamado que nos hace El dueño de las mies. En medio de esta crisis que estamos viviendo como sociedad, sigue habiendo jóvenes y hombres valientes que deciden renunciar a las seducciones del mundo para formarse y transfigurarse con Cristo, con Áquel que los ha llamado; hacen a un lado a su familia, sus pertenencias, sus metas y aceptan llevar a buen término el plan que Dios ha designado para ellos. Aceptan ese sacrificio por amor a los hombres y a su Creador.
Pero, en realidad, ¿Vale la pena ser sacerdote? La respuesta es Sí, no vale solamente la pena, vale la vida, vale renunciar a todo por ser partícipe del sacerdocio ministerial de Cristo, vale la vida entregarse en su totalidad a la iglesia, que hoy en día está tan fracturada y herida, que necesita de ese espíritu libre de los que se sienten invitados a esta maravillosa vocación, que necesita de personas que se desvivan por la “edificación del cuerpo de Cristo, que exige funciones diversas y nuevas adaptaciones, principalmente en estos tiempos”. (San Juan Pablo II, 1992).
En estos tiempos en importantísimo que estemos dispuestos a aceptar los cambios y adaptarnos a la nueva realidad que nos toca vivir, hay que buscar nuevas alternativas para seguir con la tarea de la edificación de la iglesia. Hoy mientras se cierran los templos y se limita la convivencia física, se han abiertos miles de templos en cada uno de los hogares católicos, se acrecentó la fe y la confianza en Dios. También, hemos descubierto nuevas formas de estar relacionados mediante las redes sociales, mediante el internet, hay que ser cyber-apóstoles y valernos de esta herramienta para continuar con esta labor de compartir la Buena Nueva y construir el Reino de los cielos desde aquí.
El mundo hoy más que nunca necesita pastores que sosieguen el rebaño que El Buen Pastor les ha encomendado, que acarreen a las ovejas por la senda de vida, hoy, en estos días que la humanidad sufre de inestabilidad, soledad, preocupaciones, crisis, y es por eso que día a día nos seguimos entregando a la voluntad del Señor porque el mundo nos necesita. Necesita de ese amor que nosotros queremos ofrecerle, necesita personas que se hagan prójimas a sus necesidades, a sus aflicciones, ofreciendo su vida como lo hizo Jesús en el suplicio de la cruz. Cuando alguien se siente amado por Dios, siente la necesidad de compartir ese amor con los demás y más aún, vivir ese amor. Y es por eso que nosotros entregamos nuestras vidas para servir a la Iglesia que se nos ha sido conferida.
Ramsés Gpe.Ortiz Zamarrón
Seminarista | 2do de preparatoria
REFERENCIAS
FRANCISCO. (2020). Fratelli Tutti. Ciudad del Vaticano: Buena Prensa.
JUAN PABLO. II (1992). Pastores Dabo Vobis. Cuidad del Vaticano: Buena Prensa.