“Y la Palabra se hizo barrio y habitó entre nosotros”.

El el mes de junio, después de una capacitación por parte de TELAR A.C. iniciamos en la comunidad parroquial de San Rafael Arcángel de Monterrey, la misión de verano, que tiene como objetivo ayudar en la «reconstrucción del tejido social».

“Cuando nos referimos a reconstruir el tejido, dejamos en evidencia que algo está roto o frágil, a punto de romperse. Si le agregamos la palabra «social», queremos dar a entender que la sociedad actual, con su forma de ser y vivir, está sufriendo rupturas, se ha deshilado, ya no cubre y protege a sus familias, también rotas y divididas. Lo mismo si nos referimos al tejido eclesial: las redes de nuestra evangelización ya no pescan, por más que trabajamos toda la noche (cfr Lc). Como los apóstoles, parte de nuestro llamado, es remendar las redes rotas que atraen más gente a la Iglesia y remendar el manto materno que de la Iglesia, ahora deshilado para que, con cariño misericordia y ternura, arrope a los que se acercan como fruto de la misión y les de seguridad, identidad, vínculos en la parroquia, como una «casita sagrada»”. (La reconstrucción del tejido eclesial desde la renovación del Consejo Pastoral, pág. 3)

Una de las finalidades de la reconstrucción del tejido social es apostar por la paz, la cual no consiste solamente en suprimir toda clase de conflictos, sino que es un proceso de reconstrucción de los vínculos comunitarios rotos y la creación de condiciones culturales, ambientales, familiares, y eclesiales para una buena convivencia.

La misión consiste en ir formando en los sectores del territorio parroquial comunidades del buen convivir, buscando crear una espiritualidad eco-comunitaria comprometida con el entorno social, una reconciliación familiar que de apoyo afectivo para el desarrollo integral de los integrantes de la familia y una educación para el buen convivir.

Integrantes de TELAR A.C, sacerdotes, seminaristas y diáconos estuvimos acompañando pequeñas comunidades ya existentes llamadas “Centros de Rosario” en el territorio de las  Capillas de San Marcos, Divina Providencia y de la Parroquia San Rafael Arcángel en los cuáles se compartieron temas, se hicieron círculos de diálogo, momentos de oración y creación de propuestas para mejorar la comunidad, las relaciones en la familia, y para ayudar en temas de ecología.

Estás tres semanas de misión han sido una experiencia increíble. Me han ayudado a recordar lo importante que es que nuestro cristianismo esté encarnado en las problemáticas actuales: sociales, familiares ecológicas. Nos tocó escuchar los problemas que están experimentando las personas de la comunidad, las desconexiones a causa de la pandemia y la violencia y como a pesar de todas las dificultades no se pierde la esperanza de un mundo mejor.  ¡Sigamos caminando como hijos de Dios en la reconstrucción del Reino de paz, justicia, verdad y amor!

 

André Alejandro Muzquiz Salazar  / 4to. de Teología

Revista San Teófimo No. 155