- BY Seminario de Monterrey
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A lo largo de este último año de mi formación en la casa de Allende (segundo de propedéutico), he entendido más el amor que Dios me tiene y a la vez he aprendido a amarlo a Él aceptando ese amor.
En mi caminar de este año tuve la oportunidad y la invitación de Dios a dejarme amar, y creo que en eso se puede resumir mi espiritualidad, en un hijo que debe dejarse abrazar por su Padre.
Algo muy especial de esta etapa de formación son los tiempos de espiritualidad, que sin negarlo al principio se me hacían muchos, me fuí haciendo necesitado de estos momentos de contacto con Dios. Tenemos diversas actividades: misa diaria, Liturgia de las Horas, Hora Santa diaria, lectio divinas, temas, adoraciones nocturnas que son el primer viernes de cada mes, los domingos tenemos misa con los fieles que viven cerca de la casa, las misas de barrio los sábados en la mañana
De todas estas actividades que hacen crecer el amor por Dios en cada uno de nosotros, me gustan mucho las Horas Santas: momentos cara a cara con el Maestro, Aquel que dió la vida por ti y por mí.
En la espiritualidad de este año viví un encuentro cercano con un Dios misericordioso, y poco a poco lo he visto así, conforme el contacto con Él en los momentos de espiritualidad. No considero aún tener un estilo de oración específico, pues me falta progresar más en el diálogo con el Señor. Sin embargo, puedo decir que la oración de agradecimiento, especialmente la que hago en las mañanas, es una buena y bonita forma de empezar el día; consiste en reconocer y agradecer en una oración oral todo aquello que Dios me concedió tener o experimentar.
La espiritualidad es una relación con Dios, una relación de amor y de búsqueda tanto tuya como Suya, creo que la espiritualidad tiene un papel muy importante para nuestra vida, ya que nos ayuda a tener un equilibrio y no caer en desórdenes que nos lleven a problemas o vicios. Algo que está muy cool de la espiritualidad es que cada vez que la practiques, aunque sea un encuentro muy pero muy pequeño, te cambia algo de tu vida, porque el encuentro con Papá Dios transforma el corazón y te va configurando poco a poco a su amor y a su voluntad.
Muchas veces podemos ver la espiritualidad como algo muy complicado o tedioso pero créanme que es todo lo contrario, es encontrarte con Aquel que te conoce plenamente, ni siquiera es necesario que hables, solo contempla su presencia en tu corazón. Es como estar con una buena amiga o amigo con el que te sientes tan cómodo, tan en confianza que no necesitas el uso de las palabras para disfrutar de estar juntos y pasar un buen tiempo. A Dios no le importa de qué manera te acercas a Él, sólo le importa que estés con Él porque Él te ama y Él te quiere llenar de su amor y misericordia, ¡no temas!, el que tanto te ama te está esperando, ora con Él, ábrete a su amor. Te prometo que verás cambios en tu vida.
Víctor Hugo Lozano Castro | Segundo de Propedéutico