“La sinodalidad designa ante todo el estilo peculiar que califica la vida y la misión de la Iglesia expresando su naturaleza, como el caminar juntos y el reunirse en asamblea del Pueblo de Dios convocado por el Señor Jesús en la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio. Debe expresarse en el modo ordinario de vivir y obrar de la Iglesia. En este sentido, la sinodalidad permite a todo el Pueblo de Dios caminar juntos, en escucha del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios, para participar en la misión de la Iglesia en la comunión que Cristo establece entre nosotros. En definitiva, el caminar juntos es la forma más eficaz de manifestar y poner en práctica la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios “peregrino y misionero”. Con estas palabras definía el Vademecum la sinodalidad y sería éste mismo documento el que nos orientaría en la consulta sinodal en su etapa diocesana.

Al iniciar la Consulta Sinodal en nuestra Arquidiócesis (octubre del 2022), encomendada a la Vicaría Episcopal de Pastoral, se convocó un equipo sinodal diocesano que llevaría a cabo este proyecto donde se quiso escuchar a la Iglesia que peregrina en Monterrey. Quisimos que la Consulta Sinodal también fuera pensada para nuestro proceso pastoral y que tuviera como horizonte la planeación pastoral diocesana, de esta manera se diseñó una estrategia operativa que partiera del proceso de consulta sinodal, pero que también nos sirviera para nuestro caminar diocesano.

Pensamos en varios encuentros, pues no solo quería ser un ejercicio estadístico sino un verdadero momento de discernimiento pastoral.  De estos encuentros presenciales hubo dos modalidades, una con agentes de pastoral y otra con la sociedad civil, cada una de éstas con sus propios instrumentos de trabajo. En general los encuentros se desarrollaron en un ambiente festivo y con la alegría de volvernos a encontrar en estos espacios que habían sido suspendidos por las medidas sanitarias debido a la Pandemia del COVID.

La base metodológica con la que se realizó la consulta, fue utilizando algunos elementos del programa de reconstrucción del tejido social de CIAS por la Paz, aplicándose la herramienta de “Círculos de diálogo” y los indicadores determinantes comunitarios del tejido social: Identidad, Vínculos y Acuerdos, que nos ayudaron a diagnosticar el “tejido eclesial”. En estos tres términos encontramos una concordancia con el vocabulario del Sínodo, relacionando identidad con misión, vínculos con comunión y acuerdos con participación. Los encuentros con la sociedad civil, políticos, académicos y empresarios fueron pensadas y ejecutadas con una metodología distinta. Estos encuentros fueron organizados por el Centro Pastoral de Investigación (CPI).

Todo lo compartido en los círculos de diálogo fue plasmado, transcrito y sistematizado de manera electrónica en una base de datos. Se estableció una comisión de análisis para clasificar los aportes de cada encuentro, se categorizaron y cuantificaron las categorías, posteriormente el equipo de análisis dedicó varios días de tiempo completo a leer los aportes para discernir qué nos dicen los participantes y qué nos pide el Espíritu Santo, de este discernimiento se obtuvieron los elementos clave para responder a la pregunta fundamental que nos plantea el Sínodo ¿Cómo estamos caminando juntos? y redacción de la síntesis que se envió a Roma. Además, también se obtuvieron unas líneas pastorales que nos van guiando en la construcción de nuestro próximo plan de pastoral diocesano.

El proceso sinodal vivido como Arquidiócesis ha sido un momento de gracia, ya que, hemos sido testigos de sueños y esperanza, nos hemos dado cuenta de las heridas que vamos reconociendo en el camino, pero también de la buena disposición para sanarlas. Destaca la seriedad y profundidad de los aportes, la participación, el ambiente fraterno durante el proceso; la alegría del encuentro y el deseo de conocernos. Probablemente el fruto más importante del ejercicio fue el ejercicio en sí mismo, es decir, el hecho de encontrarnos como Iglesia, escucharnos y juntos escuchar a Dios que nos llama siempre a cosas nuevas.

Las líneas pastorales que nos acompañan hacia la elaboración de nuestro próximo plan de pastoral y que obtuvimos de esta consulta son:

  1. Reactivarnos y vivir una CONVERSIÓN personal y comunitaria, en perspectiva SINODAL-MISIONERA.
  2. Fomentar ENCUENTROS sencillos de diálogo y escucha fraterna.
  3. Buscar canales adecuados para hacer más efectivo el flujo de información y facilitar la COMUNICACIÓN.
  4. Dar respuesta a los anhelos profundos de INTEGRACIÓN de todas las instancias, a través de una RED pastoral y fraterna que facilite la comunión y participación.
  5. Tener reuniones de trabajo bien organizadas, para una mejor PLANEACIÓN CONJUNTA con todas las instancias y estructuras.
  6. Instalar en las reuniones NUEVAS PRÁCTICAS SINODALES, ayudados de herramientas, que faciliten el diálogo y la escucha.
  7. Fomentar que las ZONAS y DECANATOS, sean espacios de fraternidad, encuentro y colaboración, incluyendo la participación y presencia de los laicos y la vida consagrada.

Mons. Juan Carlos Arcq Guzmán

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey