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Pablo VI inició un modelo de atención a la Iglesia conocido como el Sínodo de los Obispos. En el presente, el Papa Francisco tuvo la iniciativa de convocar un Sínodo de la Sinodalidad que, de hecho, se está desarrollando en este tiempo. Se pueden decir muchas cosas del Sínodo, como su origen, su sentido, las esperanzas que albergan las preguntas que ha suscitado y las respuestas que se pretenden dar. En esta sección solamente abordaremos la estructura en la que este Sínodo se está realizando y, aunque sea un tema más técnico que reflexivo, comprender el modo cómo se está desarrollando el Sínodo permite a su vez descubrir su valor para nuestra Iglesia.
En primer lugar, el Sínodo de la Sinodalidad se inauguró en el Vaticano el 9 de octubre de 2021, con un fin de semana de trabajo. El itinerario básico consiste en una serie de fases de consulta y diálogo, a saber, la fase diocesana (octubre 2021-agosto 2022), la fase continental (octubre 2022- marzo 2023) y la fase universal, en la que estamos actualmente del 4 al 29 de octubre del presente año, así como una segunda etapa en octubre del 2024.
La primera fase, la diocesana, consiste en el trabajo de las iglesias locales con un documento preparatorio desarrollado por Roma para atender y escuchar a todos los fieles. Para lograr el objetivo de escuchar a todos, cada obispo designó a un responsable para desarrollar la consulta sinodal y posteriormente, al concluir, mandar los resultados en el tiempo indicado a la Conferencia Episcopal correspondiente (la nuestra es la Conferencia Episcopal Mexicana). Ellos, a su vez, hacen una síntesis de las aportaciones diocesanas que mandan posteriormente a Roma.
Las contribuciones de las Conferencias confluyeron en un nuevo documento, pero esta vez para la preparación de la etapa continental. Con esto se inicia la segunda fase del Sínodo. El objetivo era muy simple: dialogar sobre las aportaciones de la fase anterior. Lo hicieron agrupándose en las siete Reuniones Internacionales, cada una con un responsable; al mismo tiempo se desarrollaron asambleas internaciones de especialistas que sacaron conclusiones propias. La síntesis de este trabajo llega a Roma, en donde la Secretaría General Permanente del Sínodo elaboraría el Instrumentum Laboris, con el que se trabajaría la última de las fases del Sínodo.
Por último, la fase universal del Sínodo se tiene lugar en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se realiza en dos partes a saber, en octubre de 2023 y el próximo año en octubre 2024. Nos situamos en el clímax de esta propuesta sinodal para la Iglesia y es conveniente tener presente los signos de los tiempos que nos mueven a vivir la comunión entre todos. Recemos para que el resultado de este ejercicio sinodal produzca los frutos del Espíritu que nuestra Iglesia necesita.
Sergio Mendoza González | Coadjutor | Seminario Menor