31 May 2016

HELLO! 1

Por: Pedro Mora Oviedo, seminarista (3º de Teología)

Entusiasmados nos dirigimos hacia la casa de nuestra Madre la Virgen María, también conocida como Virgen del Roble. Tan pronto nos anunciaron que vendríamos a visitar esta hermosa Basílica del Roble, todos nos llenamos de alegría y júbilo pues sabemos que una Madre siempre recibe a sus hijos con los brazos abiertos y el corazón rebosante de amor.

De la misma forma que una madre también extraña a sus seres ausentes, alejados, enfermos o  por las diferentes circunstancias de las cosas de la vida, la Virgen María se siente triste y desconsolada pues desea que también tengan toda la confianza y lleguen a su casa para que ella consuele las penas y dolores que tienen, no escatimará ni un segundo;  ya que ella intercederá para solicitarle a su amado Hijo Jesucristo  ayude a llevar la carga de la vida y procurando que la carga sea más llevadera, más suave y ligera pues  no desea que por ningún motivo sus hijos dejen de venir a la casa por tales motivos y mucho menos que su corazón se sienta triste y desamparado.

Hoy nuestra Madre la Santísima Virgen María desea mostrarnos, que así como ella al saber que su prima Isabel se encontraba en estado, se apresuró a visitarla quedándose para ayudar en todos los menesteres y quehaceres del hogar; pero de una manera muy especial para atender a su prima Isabel pues ya iba en el sexto mes de embarazo quedándose con ella hasta el debido momento de dar a luz.  

Cuando la Virgen María llegó a casa de su prima Isabel, se llenó de alegría reconociendo a la Madre del Señor en su humilde casa. La Virgen María estaba en estado de embarazo por obra del Espíritu Santo. Así de esa misma manera contemplamos el rostro de la Virgen María este día, nos llenamos de la misma felicidad de la cual Isabel su prima le expresaba. Este día nuestra Madre está muy feliz al vernos a todos reunidos como verdaderos hijos suyos.

¿Cómo agradecerle todo lo que hace por nosotros? La Virgen María está aquí ¿Qué le quieres decir o pedir? Son muchas cosas las que a veces nos hacen olvidarnos de ella, pero hoy ¡no! Hoy nos alegramos por su coronación y deseamos cantarle de todo corazón como ella se lo merece; por ser la Madre de Dios, Madre misericordiosa y Madre de todos nosotros.

Además, el día de hoy nuestra Arquidiócesis se alegra por celebrar la Misa por el 52 Aniversario del Patronazgo y Coronación de la Virgen del Roble. Pidámosle a la Virgen María, en la advocación del Roble que vele por nuestra ciudad.

Gracias Santísima Virgen María por estar siempre con nosotros.