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HELLO! 1
Desde 1985, cada cuatro años, la juventud católica se reúne con el Papa para celebrar en torno a la fe y la alegría, la Jornada Mundial de la Juventud, en ésta ocasión, la sede es Panamá.
¡El Papa Francisco visita nuevamente el continente Americano! y esto trae un mensaje de esperanza y paz, eso es lo que se ve reflejado en los jóvenes, que con su alegría responden al llamado que Jesús les hace. ¿Cómo puedo decir esto? Basta seguir las redes sociales y ver las publicaciones, para darnos cuenta de la emoción, la fraternidad, los cantos, los bailes, o esa imagen que se ha hecho viral (dónde suben a un joven en silla de ruedas).
Como joven esto me da esperanza. Saber que hay más jóvenes que pueden vislumbrar lo bello que es la vida caminando de la mano de Jesús, y saber que tenemos un representante con un espíritu demasiado jovial para comprender la inquietud del joven.
Otra de las cosas que me llaman la atención de esta Jornada es la presencia de María, y cómo los jóvenes la hacen presente en sus actividades. Cantos populares como “la Guadalupana” cantado por los jóvenes mexicanos presentes en este evento enternecen el corazón, unen a un pueblo y demuestran su cariño por Jesús, la Iglesia y en especial por la madre de Dios.
Por último quisiera resaltar que aunque el Papa haya visitado Panamá, el gesto de su venida habla al mundo entero de su disposición, preocupación y cuidado por la Iglesia que se le ha encomendado en el rostro de cada joven que quiere alcanzar la santidad y cumplir con el proyecto de Dios. Se nota que él es atento a cada necesidad y hace realidad este sueño de una Iglesia de puertas abiertas, que a la vez trae una imagen fresca del rumbo que ella va llevando haciendo lío y llegando a los últimos.
Y como dice el tweet del Papa Francisco, acerca de la Jornada Mundial de la Juventud: ¿Qué nos mueve a encontrarnos en esta JMJ? La seguridad de saber que hemos sido amados con un amor entrañable que no queremos y no podemos callar, y nos desafía a responder de la misma manera: con amor.
Alexis de Jesús Hernández Fuentes.
Segundo de Teología.