1. ¿Cuándo descubriste tu vocación? Cómo fue?
A lo largo de este tiempo en el seminario he descubierto que Dios llama a lo largo de toda nuestra historia de vida, sin embargo hay momentos concretos donde podemos reconocer de manera más fuerte este llamado.
Después de un tiempo de reflexión y luego de vivir un año de proceso vocacional, Tomé la decisión de responder al llamado que experimenté por parte de Dios, y decidí ingresar al Seminario, yo me encontraba en ese tiempo estudiando en FIME.
Esta inquietud por la vida sacerdotal nació del ejemplo y testimonio que los sacerdotes de la comunidad a la que pertenezco nos daban, al tener un trato sencillo y cercano con nosotros, y además del apostolado que realizaba en la parroquia de la Santa Cruz, comunidad de la cual soy originario, pues a través de este servicio fui descubriendo que el mundo necesitaba mucho de Dios, y así surgió en mi interior, la pregunta, de ¿yo que puedo hacer ante esto?, ante lo cual el testimonio sacerdotal se presentaba como una fuerte respuesta.
2. ¿Qué sentimientos vinieron a ti al momento de aceptar el llamado de Dios a servir como Seminarista?
Pues por un lado estaba el sentimiento de incertidumbre ante este camino que estaba iniciando y que no tenía la seguridad de dónde iba a terminar, pero por otro lado también experimenté la alegría de responder ante este llamado que experimentaba por parte de Dios, además de la esperanza de visualizar el servicio que dentro de algunos años podría entregar al Pueblo de Dios.
3. ¿Cómo recibieron tus padres o tu familia, la decisión de Servir a Dios? ¿Recuerdas sus palabras?
Yo ingresé al Seminario un sábado 06 de Agosto de 2005. La verdad es que las actitudes de mi familia ante tal decisión fueron muy diversas. Mi Papá falleció en Diciembre del 200, por lo tanto cuando ingresé al Seminario sólo estaban mi Mamá y mis hermanos.
En relación a los segundos una parte de ellos se molestó, y me dijeron que como iba a dejar la universidad, algo por lo que me había esforzado, para entrar a un lugar en el que eran muchos años de estudio, y que ni siquiera sabía si iba a lograr terminar.
Una de mis hermanas, con que también iba al mismo grupo de jóvenes de la Parroquia, se puso muy contenta por la noticia, y me comenzó a apoyar desde el primer momento. Por otra parte mi Mamá solamente respondió: “tú sabes”, lo cual en realidad era una negativa, debida a la separación de la práctica religiosa que ella había tenido a la muerte de dos de mis hermanos mayores.
Con el tiempo y conforme se iban familiarizando más con la vida del Seminario, a través de lo que yo les platicaba, y lo que ellos mismos vivían en las convivencias familiares y diversas actividades del Seminario, poco a poco su actitud fue cambiando, hasta tal grado que el apoyo es tanto que en verdad están muy contentos con el don del sacerdocio, que Dios ha tenido a bien hacernos participe. Mi mamá tuvo la oportunidad de acompañarme en la ordenación sacerdotal, y tengo la seguridad de que me acompañara en el amor en la ordenación presbiteral, pues Dios la ha llamado a su presencia el martes Santo de éste año, lo cual fue una experiencia de fe para toda mi familia, en la que nos hemos experimentado fortalecidos por Dios.
4. ¿Qué significa para ti ser Sacerdote?
Para mí ser sacerdote significa principalmente un regalo de Dios para su Pueblo, significa ser un puente de encuentro entre Dios y su Pueblo, significa servir y amar a Dios a través del servicio a mis hermanos, además de manifestar la misericordia de Dios a la humanidad.
5. ¿Hubo algún momento en tu caminar que dudaste de tu vocación ? ¿Cómo enfrentaste esto?
Pues más que dudar, yo diría que es un proceso de la vocación, el hecho de ir discerniendo éste llamado que experimentamos por parte de Dios, pues en realidad la seguridad plena de dicho llamado no se tiene desde que uno entra al Seminario, sino que la vocación va madurando a lo largo de este proceso, siempre y cuando nosotros estemos dispuestos a dejarnos moldear por Dios, ya que el Seminario, como dijo alguna vez el Papa Benedicto XVI, es un tiempo de discernimiento.
6. ¿Qué retos has enfrentado en la comunidad al transmitir a Dios?
Pues el primer reto con el que me he enfrentado son las propias limitaciones. Por otra parte quizá a veces puede estar presente la falta de disposición por parte de algunas personas a escuchar el mensaje de Dios. También podría hablar de la actitud individualista y egoísta a la que el mundo de hoy en muchas ocasiones nos invita a tener.