- BY Seminario de Monterrey
- POSTED IN Blog, Seminario
- WITH 0 COMMENTS
- PERMALINK
- STANDARD POST TYPE
HELLO! 1
Hablar de la fiesta de San Teófimo Mártir como patrono de nuestro Seminario de Monterrey, es hablar de una celebración de enorme significado para muchos sacerdotes y seminaristas de la Arquidiócesis de Monterrey, que hemos tenido la dicha de vivirla cada año como una oportunidad para fraternizar, como un espacio para que los hermanos menores en formación conozcan a sus hermanos mayores y viceversa; y comience a su vez, un conocimiento de San Teófimo, el Mártir que acompaña nuestra vocación. Los cuatro institutos, Seminario Menor, Curso Propedéutico, Filosofía y Teología nos congregamos para celebrar la fiesta en honor a nuestro Santo patrono, nos encontramos y compartimos la alegría a través de la convivencia deportiva y de las celebraciones litúrgicas que nos unen como hermanos. San Teófimo se convierte así en un compañero de vida a través de los años de formación y va forjando en nuestra vocación un deseo de entregar la vida por Cristo al servicio de los demás.
Es cierto que poco conocemos de él, algunos le han llamado «desconocido» como menciona el padre Hugo Chávez en una de sus reflexiones en el marco del novenario a San Teófimo Mártir. O sólo «Mártir» haciendo alusión a que con eso se dice todo, como lo expresa Monseñor Gerardo Charles en su libro «Lo llamaré Mártir». Sabemos de nuestro Santo patrono que es un mártir del siglo II, que sus restos fueron descubiertos durante las excavaciones en unas catacumbas de Roma y que, en el año 1925, en una época en la que la Iglesia en México pasaba dificultades, el Arzobispo de Monterrey José Juan de Jesús Herrera y Piña solicitó al Papa traer los restos de San Teófimo a nuestra ciudad. Es probable que el 2 de junio Mons. Herrera y Piña haya recibido la urna con los restos de San Teófimo y los haya depositado en el Seminario. Para el año 1931 los seminaristas solicitaron a Mons. Guadalupe Ortiz sucesor de Herrera y Piña que declarara al Mártir como patrono del Seminario, quedando como fecha de la fiesta patronal el día 5 de noviembre.
Hoy, a diferencia del año pasado que por motivo de pandemia cada uno de los cuatro institutos de manera separada, es decir, desde su casa de formación, tuvo que celebrar la fiesta a nuestro santo patrono, nos hemos vuelto a reunir con los protocolos y cuidados necesarios. Como comunidad del Seminario de Monterrey hemos sido convocados en sintonía con nuestra Iglesia universal bajo el lema de «la sinodalidad», cuyo significado indica el camino que recorren juntos los miembros del pueblo de Dios y que, como dice el Papa Francisco en su discurso conmemorativo del 50 aniversario de la institución del sínodo de los obispos «la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio».
Como futuros pastores es nuestro deber y deseo profundizar y crecer en la belleza de sinodalidad y hacer de nuestro Seminario un espacio de escucha, de diálogo y de comunión con el hermano y con Dios. La figura de San Teófimo Mártir patrono de nuestro Seminario, además de recordarnos que nuestra vocación requiere entregar la vida por Cristo y de unirnos como comunidad, también nos alienta a caminar juntos en la vocación sacerdotal y en nuestra vida cristiana. Que bajo la intercesión de nuestro Santo patrono podamos alcanzar los dones y las gracias necesarias para nuestra vocación.
¡San Teófimo Mártir, Ruega por nosotros!
Marco Antonio Cruz Pérez
Seminarista | Segundo de Teología