- BY Seminario de Monterrey
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HELLO! 1
Con Faustina Kowalska, ciertamente creo que la misericordia del Dios de Vida se debe traducir en confianza de nuestra parte. Temo, porque así soy yo, cuando veo los rayos celestes y fucsias salir del pecho de un Jesús edulcorado; no me gusta pensar en la misericordia como algo ‘por venir’ en el día de necesidad. Tal vez demasiado pelagiano, me resulta un pobre sustituto de la convicción de que Jesucristo ya me mostró que habrán lágrimas, pérdidas y agonías…, pero nunca estará lejos el amor del Padre.
Esa sonrisa casi complaciente en las estampas del señor de la misericordia, me hacen pensar que Dios sabe que soy bastante inútil para alcanzar la promesa y casi con sorna está esperando que me tire de rodillas a pedirle compasión, fuerza…, ni modo, son vías que me ponen de mal humor. No temo pedir, me molesta creer tan poco en lo humano y en mi humanidad y, después, decir que Jesús fue plenamente humano: ¿si el confió en nosotros como su iglesia, por qué motivo tenemos que auto-flagelarnos?, ¿si el entregó su obra a nuestro cuidado, por qué razón tememos aceptar el compromiso con la frente en alto?
Creo que el amor del Dios que vemos revelado en Jesús fue el del profeta: me exige, me obliga a luchar por ser mejor cada día…, cierto, no compro nada con mis acciones…, ni lo hago para comprar algo más; lo hago convencido de que ser fiel a este Maestro me conduce a un camino de amor en el del servicio a la humanidad, el de la opción por los más pobres, el de quien no tuvo miedo a sentarse a la mesa de fariseos ni de invitar a mujeres, ni de entrar a casa de Zaqueo, ni de confiar en titubeantes galileos…, en una palabra, creo que la misericordia que hemos recibido en Jesús más que un cariñoso extra, es una exigencia brutal para cambiar los ‘valores’ que pueden estar guiando mi vida: su amor me mostró que nada humano nos debe resultar ajeno.
Sí, creo que la misericordia se traduce en la confianza de que el evangelio que nos ha sido dado, es el camino, EL ÚNICO CAMINO que me convence, para trascender los valores de negociación, ganancia, utilidad. Y, tú, ¿cuál es tu visión de misericordia?, ¿te impulsa a vivir con más plenitud tu humanidad’, ¿te ha retado a madurar?
Por: Dr. Luis Eugenio Espinosa.