20 Ene 2021

HELLO! 1

Nací en el núcleo de una familia católica que siempre ha buscado tener a Dios en su centro para resolver las dificultades con espíritu de fe y para disfrutar las alegrías con amor. Allí, mis padres me enseñaron desde pequeño la importancia de acercarme a Dios no sólo para pedirle por mis necesidades, sino también para agradecerle por todos los dones y beneficios que llegan a mi vida día tras día.

Cuando llegué a los quince años, descubrí que en mi corazón tenía una necesidad muy grande de compartir mi vida con los demás y de ayudar a quienes más lo necesitaban. La experiencia de misiones de evangelización en comunidades rurales fue la que me llevó precisamente a comprobar que en la vida vale la pena seguir a Jesús y entregar la vida por Él.

Descubrí que Dios me invitaba a ser plenamente feliz a través de esta labor que tanto me iba llenando año tras año: la evangelización. Sumado a esto, vivir en una sociedad tan golpeada y lastimada por desafortunadas situaciones que denigran a las personas y atentan contra el gran amor de Dios, fue algo que poco a poco me ayudó a confirmar que el mundo necesita de Dios, y Él a su vez necesita de personas que estén dispuestas a entregar su vida por el Evangelio, que estén dispuestas a ayudarle en esta labor que busca la conversión de las almas. Y entonces me pregunté: si yo puedo gozar del conocer a Dios y amarlo de la manera en que lo hago, ¿por qué tantas personas no pueden gozar de esto también?

Más tarde comencé a estudiar la carrera de arquitectura y al mismo tiempo seguí con mi labor apostólica en mi parroquia, pues era indispensable para mi vida. Llegó de repente un día en el que la duda por ser sacerdote entró a mi corazón y poco a poco, a través de mi diálogo con Dios y de mi cercanía a los sacramentos, en especial a la Eucaristía, esta idea fue abarcando todo mi ser. Dios me llamaba a seguirlo en el seminario, para formarme y un día ser su sacerdote.

Eso es lo que hago desde que terminé mi carrera y decidí entrar al seminario: despierto cada día diciéndole “Sí” al Señor y a la invitación que me hace de seguirlo y ser su instrumento, para de esta manera, ser completamente feliz.

 

Escrito por: Patricio Rico Villarreal

29 años / Seminarista de 1ero de Teología del Seminario de Monterrey / Arquitecto.

Previo al Seminario: Coordinador del grupo MSJ: Misiones San Jerónimo en Monterrey / Ministro Extraordinario de la Comunión / Miembro del Coro Emaús/ Misión en Kenia, África.

¡Apoya a los jóvenes que han recibido el llamado de Dios, para anunciar su Palabra y entregar su vida al servicio de los demás!

20 Ene 2021

HELLO! 1

Como en el hogar de una gran familia, el Seminario de Monterrey utiliza las aportaciones de sus bienhechores en el mantenimientos de las casas de formación, en el pago de servicios y sueldos de empleados, alimentación, formación académica y humana de los seminaristas, así como en la atención médica de los mismos.

 

Con tu apoyo, podemos seguir con nuestra misión.

¡Con tu ayuda seremos más y mejores sacerdotes!

20 Ene 2021

HELLO! 1

Somos una comunidad educativa de discípulos misioneros, que abiertos a la acción del Espíritu Santo, cultiva, discierne y acompaña eclesialmente el don de la vocación presbiteral.

 

En el Seminario de Monterrey…

FORMAMOS A LOS FUTUROS SACERDOTES

Por medio de una preparación integral, humana, espiritual, intelectual y pastoral, preparamos a los futuros pastores del Pueblo de Dios, fomentando la caridad, el servicio y el amor a los más necesitados.

 

SERVIMOS EN PARROQUIAS Y EN MISIONES 

Para acompañar en la fe y llevar una palabra de consuelo y esperanza a aquellos que atraviesan situaciones de vida difíciles en los centros penitenciarios, hospitales, asilos, orfanatos, además de ayudar en la formación catequética y pastoral, en las parroquias de nuestra Arquidiócesis.

 

INVITAMOS A MÁS JÓVENES A SEGUIR A JESÚS

Por medio del Centro Vocacional, motivamos y acompañamos a los jóvenes,  a discernir su vocación, para ayudarlos a descubrir y responder al llamado que Dios les hace, en particular a una de las tres vocaciones específicas: laical, consagrada o sacerdotal.

Gracias a tu oración y ayuda económica, podemos cultivar  y acompañar eclesialmente el don de la vocación presbiteral para formar sacerdotes configurados con Cristo Buen Pastor dispuestos a servir a su Pueblo.

08 Feb 2018

HELLO! 1

En el mes de Febrero, nuestra Iglesia Diocesana se une en oración por el Seminario de Monterrey, ofreciendo sus plegarias  de manera especial, durante las celebraciones Eucarísticas.

Así mismo, como parte de la celebración, los más de 200 seminaristas, con ayuda de más de 5000 voluntarios, colaboran en la Colecta Anual en calles, parroquias y centros comerciales; solicitando apoyo económico para la manutención y formación académica de los seminaristas. Éste año nuestra Colecta Anual será los fines de semana del 17 – 18 y 24 – 25 de febrero.

Gracias a tu ayuda y oración, cada seminarista al finalizar su formación ha realizado:

  • 7,800 horas de oración comunitaria y personal, complementadas con retiros anuales de una semana, 1 retiro de 2 semanas y un retiro de 3 semanas como experiencia fuerte de oración.
  • 11,200 horas de estudio que le permiten obtener dos licenciaturas: una en Filosofía y otra en Teología, las cuales están reconocidas por la Secretaría de Educación.
  • Y finalmente 8,000 horas de servicio comunitario en parroquias, casas de asistencia, pastorales específicas, etcétera.

¿Te das cuenta de todo lo que hace gracias a tu ayuda?

CONTIGO LLEGAREMOS… a compartir la Buena Nueva.