03 Jun 2016

HELLO! 1

Este primer año que he terminado en el Seminario ha sido un verdadero regalo de Dios. Me llevo recuerdos de muchas experiencias que sin duda me han hecho crecer en diferentes aspectos de mi vida, experiencias que están llenas de emociones y sentimientos que realmente me llevaron al encuentro con Dios, conmigo mismo, y con muchas nuevas personas que hoy se han vuelto parte de mi vida.

Es difícil tratar de resumir todo esto en tan solo unas líneas, pero creo que lo más importante es que mis compañeros y yo pudimos sentir el amor de Dios en este proceso formativo y cómo éste nos ha ido transformando poco a poco en la medida en que hemos ido abriendo nuestros corazones.

Recuerdo que muchos me decían que “el Menor” era la mejor etapa del Seminario, y aunque aún no he tenido la experiencia del Seminario Mayor, hoy que voy terminando esta etapa puedo comprender por qué me decían eso. Fue un año que se pasó “volando”. Siento como si hubiera tomado mi decisión de entrar al Seminario hace apenas unas semanas y la realidad es que ya terminó el primero de diez años de formación.

Definitivamente ha sido un año de bendiciones que vinieron del Señor; de haber observado, aprendido, compartido, escuchado, conocido, enseñado, perdonando… pero sobretodo, de haber amado con misericordia.

¡Cómo no agradecer al Seminario tantas experiencias y aprendizajes! Y claro, a Dios por permitirme estar en donde hoy estoy, disfrutando con felicidad el poder abrazar esta vocación a la que hoy me siento llamado por Él mismo.

Escrito por: Homero Patricio Rico Villarreal, seminarista.
Curso Especial de Ciencias y Humanidades (CHE)
para periódico diocesano PASTORAL SIGLO XXI

29 Feb 2016

HELLO! 1

Por: Edgar Fabián Cruz del Ángel, Experiencia Eclesial en Centro Vocacional

Año con año, durante el mes de febrero se lleva a cabo en nuestra Arquidiócesis de Monterrey la colecta anual del Seminario, la cual solo es una de las actividades que se organizan en favor de la promoción y oración de las vocaciones sacerdotales. En dicho mes se dedicó de manera especial una semana en la que se ha pedido como intención orar por las vocaciones sacerdotales.

Durante los últimos dos fines de semana del mes de febrero, los seminaristas salimos a las diversas comunidades parroquiales a realizar la colecta. En nombre de todos los seminaristas quiero hacer mías las palabras de agradecimiento hacia toda la comunidad de la Arquidiócesis de Monterrey que con su generosidad hacen posible la formación de cada uno de nosotros que hemos sentido el llamado de Dios a consagrar nuestra vida en la vocación sacerdotal, sepan que estar con ustedes hace que en nosotros se vaya formando el corazón de Jesús Buen Pastor. ¡Nuestra vocación es para ustedes! ¡Muchas Gracias!

Por último, con la reciente visita del Papa Francisco a nuestro país sabemos que su testimonio inquietará los corazones de muchos jóvenes que desearán consagrar su vida en una vocación concreta, es por eso, que quisiera invitarles a no dejar de orar por las vocaciones porque tenemos la certeza de que “detrás y antes de cada vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, está siempre la oración fuerte e intensa de alguien: de una abuela, de un abuelo, de una madre, de un padre, de una comunidad. Es por esto que Jesús ha dicho: ‘¡Rueguen al dueño de los sembrados –o sea a Dios Padre- que envíe trabajadores para la cosecha!’. Hagamos nuestra la invitación del Papa Francisco que nos hace en este Jubileo Extraordinario de la Misericordia: “Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto”.

15 Dic 2015

HELLO! 1

Existe una criatura en la que el diálogo entre la libertad de Dios y la libertad del hombre se realiza de modo perfecto, de manera que las dos libertades puedan actuar realizando plenamente el proyecto vocacional; una criatura que nos ha sido dada para que en ella podamos contemplar un perfecto designio vocacional, el que debería cumplirse en cada uno de nosotros.

¡Es María, la imagen salida del designio de Dios sobre la criatura! Es, en efecto, criatura como nosotros, pequeño fragmento en el que Dios ha podido verter todo su amor divino; esperanza que nos ha sido dada para que mirándola, podamos también nosotros aceptar la Palabra a fin de que se cumpla en nosotros.

María es la mujer en la que la Santísima Trinidad puede manifestar plenamente su libertad electiva. Como dice San Bernardo comentando el mensaje del ángel Gabriel en la anunciación: « Esta no es una Virgen encontrada en el último momento, ni por casualidad, sino que fue elegida antes de los siglos; el Altísimo la predestinó y se la preparó ».Y San Agustín ya había escrito mucho antes: « Antes que el Verbo naciese de la Virgen, El ya la había predestinado como su madre ».

María es la imagen de la elección divina de toda criatura, elección hecha desde la eternidad y totalmente libre, misteriosa y amante. Elección que, normalmente, va más allá de lo que la criatura puede desear para sí: que le pide lo imposible y le exige sólo una cosa: el valor de fiarse.

Pero la Virgen María es también modelo de la libertad humana en la respuesta a esta elección. Ella es la muestra de lo que Dios puede hacer cuando encuentra una criatura libre de acoger su propuesta. Libre de pronunciar su « sí », libre de encaminarse por la larga peregrinación de la fe, que será también la peregrinación de su vocación de mujer llamada a ser Madre del Salvador y Madre de la Iglesia. Aquel largo viaje se concluirá a los pies de la cruz, con un « sí » todavía más misterioso y doloroso que la hará ser plenamente madre; y, después, también en el cenáculo, donde engendra y sigue todavía hoy engendrando, con el Espíritu, la Iglesia y cada vocación.

María, en fin, es la imagen perfectamente realizada de la « mujer », perfecta síntesis del alma femenina y de la creatividad del Espíritu, que en Ella encuentra y escoge la esposa, virgen madre de Dios y del hombre, hija del Altísimo y madre de todo viviente. ¡En Ella cada mujer encuentra su vocación de virgen, de esposa, de madre!

 

Fuente: María, madre y modelo de cada vocación, Obra Pontificia para las Vocaciones Eclesiásticas, 1997

30 Nov 2015

HELLO! 1

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Hay gente que imagina la llamada de Dios como un fenómeno paranormal en el que aparece una luz cegadora o un ser lleno de rayos y de ángeles. Y se pasan la vida esperando ese acontecimiento que nunca llegará. Otros están convencidos de que Dios va a llamarles a través de intensas experiencias místicas, haciendo resonar su voz en su cabeza, en una oración o en una convivencia. Está claro que si llega ese momento, tendrán vocación, y si no, pues a otra cosa. Pero esta no suele ser la manera de actuar de Dios (¡aunque podría serlo!).

La llamada de Dios consiste en escuchar su Palabra. Y la Palabra de Dios es más que la Biblia. En la Biblia encontramos palabras directas a nuestro corazón. Pero, además, también a nuestro alrededor el mundo está dispuesto a hablarnos de Dios. Todo lo que se presenta ante nosotros nos interpela, nos interroga: desde nuestra propia forma de ser hasta los grandes problemas que conocemos a nuestro alrededor.

Dios está en tu historia personal: 
Dios se manifiesta en la historia, en los acontecimientos que suceden en el tiempo. Y seguro que en tu propia vida hay mensajes de parte de Dios, en tu situación personal y en el camino que has recorrido hasta hoy. Dios también habla en lo que eres y en lo que deseas ser. Y así, con su invitación, te llama a escoger tu vida.

Dios te escoge para algo:
La llamada de Dios sucede en un encuentro personal fundante, es una manifestación de Dios. Dios describe, en primer lugar, una situación de necesidad a la que quiere responder, y aparece ante la persona llamada. Se revela y encomienda una misión a la persona, a la que capacita y ofrece un signo como garantía de su presencia. Finalmente, Dios envía a esa misión.

Dios tiene la iniciativa:
La llamada, la vocación, siempre es iniciativa de Dios. Esto se ve perfectamente en la Biblia. Dios elige, y habitualmente escoge a personas “normales”, con sus debilidades, para una gran misión. Dios elige a la persona para encomendarle una misión que supone un liderazgo, un compromiso a favor de otros. Por supuesto, Dios supera las expectativas de la persona, que no se cree capaz, y comienza a experimentar los temores de responder a esa llamada, al mismo tiempo que la atracción de una vida nueva y mejor. El mismo Dios que llama da la fuerza necesaria para seguirle.

 

Fuente: http://vocacionredentorista.redentoristas.org/

 

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14 Ago 2015

HELLO! 1

1. ¿Cuándo descubriste tu vocación? Cómo fue?

A lo largo de este tiempo en el seminario he descubierto que Dios llama a lo largo de toda nuestra historia de vida, sin embargo hay momentos concretos donde podemos reconocer de manera más fuerte este llamado.

Después de un tiempo de reflexión y luego de vivir un año de proceso vocacional, Tomé la decisión de responder al llamado que experimenté por parte de Dios, y decidí ingresar al Seminario, yo me encontraba en ese tiempo estudiando en FIME.

Esta inquietud por la vida sacerdotal nació del ejemplo y testimonio que los sacerdotes de la comunidad a la que pertenezco nos daban, al tener un trato sencillo y cercano con nosotros, y además del apostolado que realizaba en la parroquia de la Santa Cruz, comunidad de la cual soy originario, pues a través de este servicio fui descubriendo que el mundo necesitaba mucho de Dios, y así surgió en mi interior, la pregunta, de ¿yo que puedo hacer ante esto?, ante lo cual el testimonio sacerdotal se presentaba como una fuerte respuesta.

2. ¿Qué sentimientos vinieron a ti al momento de aceptar el llamado de Dios a servir como Seminarista?

Pues por un lado estaba el sentimiento de incertidumbre ante este camino que estaba iniciando y que no tenía la seguridad de dónde iba a terminar, pero por otro lado también experimenté la alegría de responder ante este llamado que experimentaba por parte de Dios, además de la esperanza de visualizar el servicio que dentro de algunos años podría entregar al Pueblo de Dios.

3. ¿Cómo recibieron tus padres o tu familia, la decisión de Servir a Dios? ¿Recuerdas sus palabras?

Yo ingresé al Seminario un sábado 06 de Agosto de 2005. La verdad es que las actitudes de mi familia ante tal decisión fueron muy diversas. Mi Papá falleció en Diciembre del 200, por lo tanto cuando ingresé al Seminario sólo estaban mi Mamá y mis hermanos.

En relación a los segundos una parte de ellos se molestó, y me dijeron que como iba a dejar la universidad, algo por lo que me había esforzado, para entrar a un lugar en el que eran muchos años de estudio, y que ni siquiera sabía si iba a lograr terminar.

Una de mis hermanas, con que también iba al mismo grupo de jóvenes de la Parroquia, se puso muy contenta por la noticia, y me comenzó a apoyar desde el primer momento. Por otra parte mi Mamá solamente respondió: “tú sabes”, lo cual en realidad era una negativa, debida a la separación de la práctica religiosa que ella había tenido a la muerte de dos de mis hermanos mayores.

Con el tiempo y conforme se iban familiarizando más con la vida del Seminario, a través de lo que yo les platicaba, y lo que ellos mismos vivían en las convivencias familiares y diversas actividades del Seminario, poco a poco su actitud fue cambiando, hasta tal grado que el apoyo es tanto que en verdad están muy contentos con el don del sacerdocio, que Dios ha tenido a bien hacernos participe. Mi mamá tuvo la oportunidad de acompañarme en la ordenación sacerdotal, y tengo la seguridad de que me acompañara en el amor en la ordenación presbiteral, pues Dios la ha llamado a su presencia el martes Santo de éste año, lo cual fue una experiencia de fe para toda mi familia, en la que nos hemos experimentado fortalecidos por Dios.

4. ¿Qué significa para ti ser Sacerdote?

Para mí ser sacerdote significa principalmente un regalo de Dios para su Pueblo, significa ser un puente de encuentro entre Dios y su Pueblo, significa servir y amar a Dios a través del servicio a mis hermanos, además de manifestar la misericordia de Dios a la humanidad.

5. ¿Hubo algún momento en tu caminar que dudaste de tu vocación ? ¿Cómo enfrentaste esto?

Pues más que dudar, yo diría que es un proceso de la vocación, el hecho de ir discerniendo éste llamado que experimentamos por parte de Dios, pues en realidad la seguridad plena de dicho llamado no se tiene desde que uno entra al Seminario, sino que la vocación va madurando a lo largo de este proceso, siempre y cuando nosotros estemos dispuestos a dejarnos moldear por Dios, ya que el Seminario, como dijo alguna vez el Papa Benedicto XVI, es un tiempo de discernimiento.

6. ¿Qué retos has enfrentado en la comunidad al transmitir a Dios?

Pues el primer reto con el que me he enfrentado son las propias limitaciones. Por otra parte quizá a veces puede estar presente la falta de disposición por parte de algunas personas a escuchar el mensaje de Dios. También podría hablar de la actitud individualista y egoísta a la que el mundo de hoy en muchas ocasiones nos invita a tener.

13 Ago 2015

HELLO! 1

1. ¿Cuándo descubriste tu vocación? Cómo fue?
Fue cuando tenía 25 años y vivía en California Estados Unidos con mi familia, durante varios años forme parte de un grupo parroquial, fue durante este tiempo cuando conocí al Padre Blas Alberto Hernández sacerdote de esta diócesis de Monterrey, él se encontraba ayudando en la Parroquia San Francisco de Asís en Fillmore California, parroquia a la que yo asistía con mi familia, durante este tiempo también conocí a Tony Robles, quien se convertiría en mi mejor amigo, Tony y yo hicimos una buena amistad con el Padre Blas. En el año de 1999 Tony fue diagnosticado con cáncer, enfermedad que acabaría con su vida en 2001. Fue la enfermedad y la muerte de mi mejor amigo la que me hizo reflexionar a cerca de lo que yo estaba haciendo con mi vida, así que le pedí a Dios que me ayudara a descubrir el sentido de mi vida, recurrí al Padre Blas y el me fue orientando para discernir lo que Dios quería de mi, le dije que sentía la inquietud sacerdotal y el me ofreció ayudarme para entrar al Seminario aquí en Monterrey y así fue como me decidí a venir, y Dios me ha confirmado su voluntad durante todo este tiempo.

2. ¿Qué sentimientos vinieron a ti al momento de aceptar el llamado de Dios a servir como Seminarista?

Primero fue un sentimiento de temor e indignidad ante el llamado a una empresa tan grande, pero poco a poco se fue convirtiendo en confianza y agradecimiento.

3. ¿Cómo recibieron tus padres o tu familia, la decisión de Servir a Dios? ¿Recuerdas sus palabras?

La reacción de mi padre primero fue de incredulidad, después de una gran alegría; la de mi madre primero fue de tristeza por que me iba, y después también de una inmensa alegría pues los dos siempre nos inculcaron un gran amor a Dios y a la Iglesia.

4. ¿Qué significa para ti ser Sacerdote?

Significa que Cristo sigue estando cerca de sus hermanos los hombres.

5. Hubo algún momento en tu caminar que dudaste de tu vocación ¿Cómo enfrentaste esto?

Hubo muchos momentos que me hicieron dudar, pero la oración, el consejo espiritual de mi confesor y la cercanía con la Santísima Virgen María y la comunicación constante con mi familia, fueron mi apoyo.

6. ¿Qué retos has enfrentado en la comunidad al transmitir a Dios?

El utilitarismo que mucha gente hace de Dios, es decir, Dios sólo cabe en sus vidas si lo necesitan para satisfacer alguna necesidad.

11 Ago 2015

HELLO! 1

1. ¿Cuándo descubriste tu vocación? Cómo fue?

Descubrí mi vocación estando en los grupos apostólicos de la parroquia de donde soy originario, cuando tenía 16 años, participando en las actividades de la parroquia y en la convivencia con mi párroco.

2. ¿Qué sentimientos vinieron a ti al momento de aceptar el llamado de Dios a servir como Seminarista?

Alegría y gratitud, por el llamado recibido.

3. ¿Cómo recibieron tus padres o tu familia, la decisión de Servir a Dios? ¿Recuerdas sus palabras?

La recibieron con mucha alegría, aunque mi mamá se opuso al principio, pero después aceptó que yo eligiera ese camino, mi papá me apoyo desde el principio con la decisión que yo tomara.

4. ¿Qué significa para ti ser Sacerdote?

Significa servir al pueblo de Dios, a ejemplo de Cristo buen pastor.

5. ¿Hubo algún momento en tu caminar que dudaste de tu vocación? ¿Cómo enfrentaste esto?

Si, y lo enfrente poniendo en oración y platicando con mi director espiritual.

6. ¿Qué retos has enfrentado en la comunidad al transmitir Dios?

La indiferencia de las personas y la frialdad de las personas al llevarles el mensaje de Dios.

10 Ago 2015

HELLO! 1

Diác. Francisco Javier Alanís Páez

1. ¿Cuándo descubriste tu vocación? Cómo fue?

Mi vocación la descubrí en la semana Santa del 2005 en la Catedral Metropolitana de Monterrey cuando estaba ayudando como integrante del grupo de misa con Niños. Esa Semana Santa hubo un fuego que hizo arder mi corazón y que movía a decirle sí al Señor que nos llamaba a entregarnos a Él a través de la vocación al sacerdocio.

2. ¿Qué sentimientos tuviste al momento de aceptar el llamado de Dios a servir como Seminarista?

Los sentimientos que experimente fueron muchos: alegría, paz, tranquilidad, gozo. Así mismo, considero que tenía dudas, incertidumbre ante una experiencia nueva que pocas veces te muestra un camino arduo y difícil para continuar. Sabiendo que es un camino muy largo y que solo con la ayuda al pueblo de Dios llegarás al final.

3. ¿Cómo recibieron tus padres o tu familia, la decisión de Servir a Dios? ¿Recuerdas sus palabras?

Mis papás no estuvieron muy de acuerdo en un principio en que yo entrara al seminario puesto que soy el único varón de la casa y el apellido se perdería, a demás no podría darles el gozo, la alegría de tener nietos. Sin embargo; a pesar de que para ellos fue muy difícil al inicio, posteriormente, lo aceptaron con gran alegría y gozo.

4. ¿Qué significa para ti ser Sacerdote?

Ser sacerdote, es una gran oportunidad de estar con el pueblo y para el pueblo buscando mostrar a nuestros hermanos el rostro de un Cristo Joven, alegre, sencillo, portador de paz que puede cargar los problemas del pueblo de Dios y transmitir la fortaleza necesaria para cada uno de nuestros pueblos.

5. Hubo algún momento en tu caminar que dudaste de tu vocación

Dudar de mi vocación, puede ser que hayan sido periodos muy cortos que ayudaron a crecer.
¿Cómo enfrentaste esto?

Los enfrente con la ayuda de los padres del Equipo formador, con mis amigos sacerdotes como El P. Jorge y P. Lino quienes han estado muchos años en la comunidad de origen: San Jerónimo.

6. ¿Qué retos has enfrentado en la comunidad al transmitir Dios?

Los retos es poder transmitir un Dios rico en misericordia y amor que busca estar cercano al pueblo de Dios para ayudarlos a salir adelante, Así mismo, tener la capacidad de buscar Amar y Servir sin que nada nadie nos lo recompense.

08 Ago 2015

HELLO! 1

Con la participación de los diáconos, el Seminario de Monterrey aumentará este año el trabajo social desde diferentes frentes, explicó el Padre Juan Carlos Arcq, Rector de la Institución.

“En el caso concreto de los diáconos, que tradicionalmente son enviados a parroquias a dar su servicio como diáconos, el servicio del altar y el servicio de catequesis, este año se va a intensificar el área social”, dijo en rueda de prensa.

En la reunión, realizada en uno de los salones de la Basílica de Guadalupe, se presentó a los nuevos diáconos que serán ordenados el próximo viernes, así como al grupo de cinco seminaristas que serán ordenados sacerdotes un día después.

Arcq señaló que se va a iniciar la pastoral de trabajo con indigentes y en los centros de rehabilitación.

“En Semana Santa ya se hizo una primera experiencia, hay un diácono asignado de estar al frente junto al párroco de pastoral social de este proyecto y se van a enviar unos seminaristas para incursionar.”

“Ellos están haciendo un diagnóstico no sólo de los centros que se atienden como Iglesia a las personas indigentes, sino otros centros y lugares en donde están, abajo de los puentes”, agregó.

Por otro lado, dijo, se comenzará un proyecto en los centros de rehabilitación para tener presencia con catequesis y sacramentos.

Los cinco nuevos sacerdotes que serán ordenados son:

  1. Francisco Javier Alanís Páez.
  2. Sebastián Bautista Vázquez.
  3. Ernesto Castillo Torres.
  4. Luis Fernando Mejía Zaragoza.
  5. Héctor Manuel Robledo Roque.

Este año ingresarán al seminario 60 jóvenes, indicó el Pbro. Darío Torres Rodríguez, coordinador general de Comunicación del Seminario de Monterrey.

La ordenación diaconal será el viernes a las 18:00 horas en la Basílica de Nuestra Señora del Roble, y la ordenación sacerdotal el sábado a las 10:00 horas en la Basílica de Guadalupe.

 

Con información de Periódico El Norte

14 Jul 2015

HELLO! 1

Los próximos sacerdotes de la Arquidiócesis de Monterrey, más de 10 años en el Seminario, quienes cursaron la licenciatura en Filosofía y Teología.

El  15 de agosto a las 10:00 horas en la Basílica de Guadalupe, los diáconos Francisco Javier Analís, Sebastián Bautista, Ernesto Castillo, Luis Fernando Mejía y Héctor Robledo, realizarán la ceremonia de ordenación con la imposición de manos del arzobispo de la Arquidiócesis de Monterrey, Rogelio Cabrera López.
En la generación que inició el primer año del seminario en 2005, ingresaron 26 seminaristas, de los cuales solamente concluyeron 5 personas quienes ahora son diáconos y colaboran en diversas iglesias del área metropolitana.
Antes de entrar al seminario, los interesados deben realizar un proceso vocacional de un año  en el Centro Vocacional de la Arquidiócesis de Monterrey.
Héctor Manuel Robledo Roque, uno de los próximos sacerdotes, detalló que se inscribió en el seminario durante los primeros años de su carrera en ingeniería, aunque al inicio no tuvo el apoyo de sus padres, ahora se sienten orgullosos de él.
Decidí vivir el proceso vocacional de todo un año, en retiros. Estos diez años han sido para seguir la vocación y el llamado que él me había hecho. Estaba en el tercer semestre de FIME (Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica) después me inscribí en el seminario.
“Me emociona el mucho el poder estar ya con la gente, el reto es cumplir esto que el Papa Francisco que nos ha invitado a estar con la gente, ser cercanos a ellos, una palabra importante es la misericordia, ser reflejo de Dios”, mencionó
 ¡Conócelos!
*Un sacerdote cercano
Francisco Javier Alanís Pérez

Edad: 33 años
Servicio: Capellán de la Basílica de Nuestra Señora del Roble
Valores: Ser cercano al pueblo.

Cuando Francisco Javier Alanís Pérez decidió tomar el camino de Cristo sabía no podía fallar en una cosa: ser cercano con sus semejantes.

A partir de su próxima ordenación, refirió, la misión es clara; la intención de servir también.

“Nos piden ser cercanos.  Ahí mostraré a un Dios cercano al pueblo que busca mayor gente se encuentre amada, querida y reconciliada”, dijo Alanís, quien sirvió como diácono en la comunidad de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.

“Hay que dejarnos sorprender por Dios. Él nos abre caminos. Él siempre nos escucha, sólo hay que ver el regalo que nos ofrece día a día”.

También refirió pondrá atención en la comunidad joven y en la familia.

*Un sacerdote esperanzador
Luis Fernando Mejía Zaragoza

Edad: 40
Servicio: Aún por definir
Valores: La esperanza

El ministerio que Luis Fernando Mejía Zaragoza formará será de esperanza.

El diácono, próximo a ordenarse como sacerdote, aseguró que buscará servir, principalmente,  a los jóvenes y así entregarles un poco de luz en su vida.

“Estamos en un mundo muy revolucionado y lleno de cambios muy rápidos y a mí me interesaría ayudar al pueblo, sobretodo a los jóvenes, que se encuentran perdidos en la oferta. El reto o la intención sería dar luz entre tanta tragedia, violencia e incertidumbre; dar esperanza”, dijo.

“Debemos comprender su mundo y las situaciones que están pasando. Debemos estar cerca y hacerles ver que son escuchados y comprendidos, así también enseñarles que hay otros caminos por tomar”.

“No lo podemos juzgar, ni tener un prejuicio para ellos”, apuntó Mejía, quien realizó servicio como diácono en la Parroquia San Juan de los Lagos, en Villa Juárez.

*Un sacerdote alegre
Ernesto Castillo Torres

Edad: 29 años
Servicio: Vicario Parroquial de la Basílica de Nuestra Señora del Roble
Valores: Alegría y humildad.

Ser un sacerdote alegre y humilde será el objetivo de Ernesto Castillo Torres.

El diácono indicó su meta está clara: dejar esas figuras de jefes o de patrones y caminar junto con los fieles, es decir, ser una comunidad.

“Quiero tener claro que estoy para servir a la gente. Servir en la humildad, en la sencillez, en la alegría. Ser cura no es aburrida. Servir con alegría”, refirió.

 *Un sacerdote para los jóvenes
Héctor Manuel Robledo Roque

Edad: 29 años
Servicio: Aún por definir
Valores: Poner en el camino de Dios a los jóvenes

Un puente entre la misericordia entre Dios y el pueblo, especialmente los jóvenes,  será Héctor Manuel Robledo Roque.

En su sacerdocio, el diácono, quien sirvió por un año en la comunidad de Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Salud de Nuestros Enfermos, en Escobedo, será cercano a las familias y a los jóvenes.

“Creemos que el joven no se compromete, pero no es así. Hay un compromiso del joven, pero necesitamos mostrarle a qué se está comprometiendo. La propuesta de Cristo siempre será atractiva  y hay que tenerle fe.

Ellos necesitan comprobar.  Nosotros tener confianza en ellos”, acotó.

*Un sacerdote sencillo
Sebastián Bautista Vázquez

Edad: 27 años
Servicio: Aún por definir
Valores: Ser cercano y sencillo

La encomienda cuando Sebastián Bautista se convierta  en sacerdote está clara: ser cercano y sencillo.

En entrevista, el hasta ahora diácono expresó su deseo de servir en cualquier momento a la comunidad.

“Ser cercano con la gente y sencillo para ser compasivo ante sus necesidades. Debo saber escucharlas, estar ahí para ellos, en el momento que me necesiten”

“No me creeré más que nadie; sólo estaré al servicio de los demás. No busco ostentación sólo ser uno con los demás”, dijo.

Con información de:
Periódico El Horizonte y El Porvenir