19 Ago 2022

HELLO! 1

¿Cómo son los jóvenes hoy en día? Una pregunta que nos hace mirar a la íntegra existencia y manifestaciones de la juventud. ¿Hay alguna diferencia entre la etapa juvenil del siglo XXI a la realidad de las décadas anteriores?, ¿a qué hechos tienen que responder los chavos de hoy?, ¿qué es lo que le apasiona o le mueve al joven de la actualidad? Diversas respuestas pudiéramos encontrar o decir ante estas cuestiones, lo que parece un hecho es el poder observar que la juventud sigue manifestando esas pinceladas únicas y peculiares que a lo largo del tiempo la han caracterizado. 

Cuando una persona tiene la oportunidad de compartir o convivir con un joven, puede contemplar una serie de propiedades que distinguen a la persona en esa etapa de jovialidad. Y es que este momento en la vida manifiesta un tiempo trascendental en la historia de cada persona. Se llega a ser joven después de la infancia (para muchas personas una fase de alegría e inocencia). En la antesala de la juventud se experimenta la adolescencia, que es, de modo ordinario, el torbellino de las emociones y de los cambios corporales, para llegar así, al momento donde se busca forjar de un modo delicado y a la vez firme la propia personalidad, es decir: la juventud.

En la actualidad se dice que los jóvenes están expuestos a muchos fenómenos socioculturales que van “modificando” la vida, el corazón, la perspectiva de cada uno. Si observamos los retos a los cuales están expuestos, podemos decir que la juventud se encuentra ante un bombardeo de situaciones hedonistas, cambiantes, dinámicas y retadoras ante las cuales tienen que aprender a responder con eficacia y valentía. 

Por lo cual, se pudiera decir que los jóvenes contemporáneos son apasionados, gentiles, preocupados por su entorno y las problemáticas globales, se involucran y son agentes de cambios. Generan propuestas y son ruidosos al hacer notar sus opiniones. Son y están creando el futuro en el presente del hoy. 

Así mismo, la juventud actual se enfrenta a diferentes retos que en épocas anteriores, ni siquiera se podrían imaginar las generaciones previas. Desde pandemias, guerras, cambios sociales y tecnológicos, siendo estos últimos los que han radicalizado la forma de interactuar entre todos, permitiendo abrir las fronteras, inmersos en la globalización que ha generado que ellos mismos lleguen a relacionarse con jóvenes de otras culturas y naciones. 

La apertura a otros contextos, escenarios e ideologías también ha generado fenómenos, los cuales se traducen en padecimientos que se han visto reflejados en la salud mental de los jóvenes. Organizaciones como la OMS han analizado dicha realidad con diversos especialistas, brindando estadísticas como las arrojadas en el año 2020. Estos estudios señalan que: la depresión es la primera causa de incapacidad en la juventud mundial, y el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. 

Números crudos que nos hacen voltear hacia la importancia de la sensibilización de los retos que se enfrentan los jóvenes en el día a día. Entornos laborales y estudiantiles llenos de estrés, violencia y poca seguridad que, al acercarse a esta realidad, uno pudiera caer en el pesimismo de las cifras, donde las enfermedades psicológicas (tal vez cada vez más ordinarias o cercanas en nuestro lenguaje), las crisis existenciales y las dificultades de la vida parecen apreciarse en el diario vivir. Ante estos fenómenos, es reconfortante escuchar las palabras de nuestro Maestro: Joven, a ti te lo digo, ¡Levántate! (Lc 7, 14).

En el ámbito eclesial, esta revolución de circunstancias ha llevado de algún modo también a una “crisis vocacional”, la cual hemos venido padeciendo como Iglesia desde hace algunas décadas. Ante estas realidades, siguen existiendo jóvenes que con audacia y docilidad escuchan la voz de Dios en medio de los ruidos del mundo y son capaces de responder con generosidad al proyecto de Dios, ese plan de salvación que es el verdadero camino de la felicidad.

De igual modo, la resiliencia presente en el joven actual es admirable, su constante búsqueda de alternativas para crear un mejor mundo, su deseo de avanzar, de crecer, de ser mejor cada día demuestra su pasión, interés y motivación para continuar desarrollándose y lograr sus objetivos en la vida. Por lo que un aspecto importante que nunca debemos olvidar como personas, mucho menos como hijos de Dios, es recordar y experimentar que la juventud es sinónimo de fortaleza, dinamismo, alegría, amistad, ímpetu, entre otros adjetivos que pueden describir la realidad de los jóvenes.  

El Papa Francisco nos recordaba hace poco que “la verdadera juventud es tener un corazón capaz de amar.” (CV 13) Sin duda, una de las características fundamentales en el joven es el corazón inquieto que busca amar y sentirse amado buscando en la convivencia el sentirte perteneciente a un grupo o a un círculo de amistad, amistad entre las personas, siendo amigo en el amigo, en Dios. 

“Ser joven, más que una edad es un estado del corazón. De ahí que una institución tan antigua como la Iglesia pueda renovarse y volver a ser joven en diversas etapas de su larguísima historia. En realidad, en sus momentos más trágicos siente el llamado a volver a lo esencial del primer amor”. (CV 34). Es por ello mismo, que el Papa Francisco nos convoca a que “miremos a los jóvenes siempre con una sonrisa; ellos llevarán adelante lo que hemos sembrado”.  

Nunca olvidemos que, al mirar a Jesús el eternamente joven, Él quiere regalarnos un corazón siempre joven. La Palabra de Dios nos pide: «Eliminen la levadura vieja para ser masa joven» (1 Co 5,7). La juventud ha sido, es y será un reflejo del dinamismo de la vida, la pasión que nos mueve a disfrutar cada momento del latir del corazón, la alegría de actuar con fortaleza que renueva el sentido de vivir.

Al mismo tiempo, Cristo nos invita a despojarnos del «hombre viejo» para revestirnos del hombre «joven» (cfr. Col 3,9-10) “Necesitamos soñar, también como Iglesia, ¡necesitamos el entusiasmo y el ardor de los jóvenes para ser testigos de Dios, que es siempre joven!” nos recuerda el Papa Francisco con insistencia. Pidamos a nuestro Buen Pastor que nos conceda la gracia de tener un corazón que se deje renovar por su gracia, para poder ser siempre, en medio del mundo un signo de la novedad del Dios de la vida que nos llama a la alegría.

Pbro. Ángel Josué Loredo García 

Auxiliar de Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Monterrey

13 Ago 2021

HELLO! 1

El sábado 14 de agosto serán ordenados sacerdotes, 7 jóvenes de nuestra Arquidiócesis. ¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrentan, en un mundo necesitado del Evangelio?

 

Vivir lo que creemos, plenamente felices.

Creo que uno de los principales retos que tenemos como neo sacerdotes es buscar nuevas formas de transmitir el Evangelio a los niños, jóvenes y adultos. El Evangelio es para todos y debemos de usar la creatividad que Dios nos da para trasmitir su amor por cada uno de nosotros.

Necesitamos ser hombres de fe, que sean los primeros en creer, en vivir lo que creemos y enseñar lo que creemos. Que todos puedan encontrar en el sacerdote el ejemplo de una verdadera vida humana y cristiana.

¡Vivir alegres! Que la gente quiera acercarse a Dios y a su Iglesia porque nos ve que somos plenamente felices teniendo a Cristo como centro de nuestra vida.

Diác. José Ignacio Ávila Rangel

 

Mostrar el Amor de Dios 

Un joven sacerdote se tiene que enfrentar a un mundo que vive de manera individualista, que vive de manera en que solo sus propios criterios son los que quiere imponer y que por lo tanto,  cuando alguien le habla de Dios, lo primero que siente es que se les quiere imponer una serie de reglas o preceptos.

Por lo que uno de los retos de un joven sacerdote es ayudar a descubrir que seguir y amar a Dios no es solo una normativa, sino que involucra algo más profundo; es descubrir el amor más grande que puede haber en nuestra vida y que en respuesta a ese amor nuestra vida cambia de dirección y se orienta a buscar ya no solo el bien personal, sino a descubrir al verdadero amor que es querer el bien para el otro.

Un sacerdote en nuestros tiempos tiene que saber dialogar con las distintas percepciones que se van dando en nuestros círculos sociales y mostrar que Dios siempre está presente, que Dios no excluye a nadie y por lo tanto, el sacerdote tiene el reto de ser canal, de mostrar ese mismo amor de Dios.

Diác. Adrián A. Garza Morales 

 

 

Para un mundo necesitado del Evangelio: el Evangelio. 

El Evangelio es Cristo. El mayor reto que encuentro es no perder la identidad como amigo, discípulo y apóstol de Jesús. Cada vez que un consagrado pierde su identidad, el mundo pierde un poco el Evangelio. Creo que ese es el mayor reto que yo encuentro… mientras tengamos la mirada en Jesús, nuestra vida reposada en su pecho, discípulos de su Sagrado Corazón y, como nos enseña nuestra Madre, haciendo lo que Él nos diga, el mundo siempre será alimentado por la alegría del Evangelio: Cristo.

Diác. Antonio de Jesús Peña Díaz  

 

 

 

Presentar un Cristo Vivo 

Uno de los desafíos más importantes del siglo XXI, será la indiferencia religiosa y el empirismo reacio, donde tenemos que enfrentarnos con una Iglesia que ya no le importa nada; una sociedad que vive sin que le importe nada; con jóvenes que no les interesan las cosas que no les puedas comprobar de alguna manera, por eso tenemos que renovar más que nunca nuestros métodos, nuestras expresiones, nuestro ardor por el Evangelio, que no es otra cosa que poder presentar a un Cristo vivo y real en la vida de todos nosotros.

Diác. Jorge Ricardo González López 

 

 

 

Ser creativos para transmitir el Evangelio

Los retos que tenemos son muchos y variados, es menester ser creativos si queremos llevar nuestra experiencia de Dios al mundo. El primer reto es ser hombres de Dios, es cuidar nuestra espiritualidad y estilo de vida para ser un buen testimonio de Cristo. Debemos amar a Dios y a la Iglesia y estar dispuestos a sacrificarnos por ellos.

Considero que un gran desafío es “traducir” el Evangelio al lenguaje de hoy, de tal manera que pueda ser digerible y atractivo para cualquier persona independientemente de su educación o condición social.

El internet revolucionó la manera no solo de comunicarnos, sino de vivir, por ello debemos ser lo suficientemente astutos para transmitir el mensaje íntegro de Jesús, utilizando los medios modernos. Además, es una obligación estar al pendiente de los avances científicos y tecnológicos, ello en virtud de ofrecer luces que iluminen el camino a seguir.

Diác. Rodolfo Guadalupe Amador García

 

Ser testigos del amor de Dios 

Hoy en día, el mundo está viviendo incertidumbre, indiferencia, soledad, falta de compromiso, de fe, de esperanza y de amor. Considero que un desafío para el sacerdote joven es ser testigo del amor de Dios, de que, en medio de toda tormenta, Jesús va en la misma barca, sereno, confiando en el Padre, que no estamos solos, que nunca se ha ido y camina a nuestro lado.

Se necesitan sacerdotes alegres, llenos de fe, enamorados de Jesús, de la Eucaristía, que transmitan esperanza y que practiquen la caridad; sacerdotes humildes, que no busquen ser servidos sino que vivan sirviendo a los demás, que estén dispuestos a desgastar su vida por el otro, por el más necesitado; que al predicar, los demás escuchen las palabras de Jesús y no las nuestras, que vean las acciones de Jesús y no las nuestras, sacerdotes que reflejen los sentimientos de Jesús y no los nuestros. Que en cada gesto, cada detalle y en todo momento, las personas no se sientan solas, que se sientan amadas por Dios, que experimenten la presencia y la compañía de un Dios que ama, que perdona, que espera con los brazos abiertos para celebrar, para sanar y para abrazar con amor.

Diác. Oziel Rodríguez Martínez

Habitar donde Cristo habita 

Los desafíos que tiene un sacerdote, no varían mucho de los desafíos que tienen los católicos comprometidos. Pero quisiera mencionar al menos uno de los grandes desafíos de los que un joven sacerdote necesita cuidarse, es el no deslumbrarse por las aparentes ofertas que en nuestra sociedad ciegan a más de alguno.

Un claro ejemplo de esto es que si bien, las grandes potencias tienen puesta su mirada en la colonización de otros planetas, el auténtico cristiano (incluido el sacerdote) debe de aprender a poner su mirada, hacia abajo. Debe atreverse a poner la vista donde nadie quiere ver, hacer visibles a los que el mundo quiere hacer invisibles (los pobres, los migrantes, los marginados), porque los considera “descartables”.

El reto es este, salir sin deslumbrarse por las ofertas que se anclan a nuestro egoísmo. Lo realmente importante es anclarse en Jesucristo para habitar donde Cristo habita. Para terminar deseo citar al Cardenal Ratzinger en una de sus homilías cuando habla sobre la amistad con Cristo:

“El Hijo de Dios, es el hombre verdadero. Él es la medida del verdadero humanismo. No es «adulta» una fe que sigue las olas de la moda y la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente arraigada en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da el criterio para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño y la verdad”.

Diác. Gilberto Eliud Gómez Pérez 

19 Mar 2021

HELLO! 1

El inicio de la primavera trae consigo la sensación de la renovación de toda la vida. Al observar cómo la naturaleza vuelve a conseguir sus verdes colores, llenan el alma del hombre de alegría, en contraposición al color gris del invierno. Hay una dinámica interna en el hombre que le hace apreciar de forma distinta los hechos con los que convive diariamente en la rutina, le hace ver las cosas de una forma nueva y con sentido completo. ¿Cuántas veces no hemos padecido, aunque sea mínimamente, la falta de sentido en nuestra vida? ¿Y cuántas más, con mayor fuerza, la alegría invade nuestro corazón?

Se ha iniciado el proyecto «Noches de Sol», un proyecto del Seminario para los jóvenes, que tiene por objetivo encender el corazón por medio de la música católica. Será un tiempo especial, en el que seminaristas, artistas y jóvenes cantores, espectadores y muchos más, puedan encontrarse para expresar de viva voz la alegría del Evangelio y de la salvación de Cristo.

Concretamente «Noches de Sol» es un concurso de cantos católicos acompañados por el Seminario de Monterrey, con tres finalidades: el encuentro, la manifestación de carismas que hay en nuestra Iglesia y el discernimiento vocacional.

El encuentro se realiza por medio de las redes sociales, donde seminaristas, personajes importantes de la actualidad, artistas y jóvenes de la Arquidiócesis estaremos en comunicación por medio de transmisiones en vivo, dinámicas de votación, comentarios y, ante todo, en la oración.  En cuanto a la manifestación de carismas, es muy notable que nuestra Iglesia tiene abundancia de talentos para el servicio del pueblo de Dios y del prójimo. El canto no es la excepción.

Un concurso de canto católico hará patente aquellos dones y carismas musicales que tenemos en nuestra Iglesia para que, a la vez, toda la Iglesia de Monterrey pueda contemplarlos y disfrutarlos en un encuentro fraterno. Por último, la finalidad esencial de este proyecto radica en la motivación y apoyo para el discernimiento vocacional en los jóvenes. En este sentido, hay que aclarar que la vocación no se reduce a la decisión de entrar a un Seminario o alguna casa de formación para la vida consagrada; sino que la vocación es un llamado que hace Dios al hombre para darle sentido a nuestra vida y a todo nuestro existir. Ella responde a las inquietantes más importantes de la vida ¿Quién soy? ¿para quién soy ¿a dónde voy? ¿por qué yo?

El modo de realizar el concurso de «Noches de Sol» será por medio de una inscripción en línea. Tanto las bases como el formato de inscripción están publicadas en las redes sociales del Seminario de Monterrey. Una vez inscritos los participantes se les enviaran indicaciones para comenzar con la primera selección a través de un video musical.

Aunque el concurso del canto vocacional es la médula espinal de este proyecto, toda la actividad gira en torno a los contenidos vocacionales que toman una directriz concreta a través del llamado, la libertad, el amor, la responsabilidad, y la misión.

Creo que «Noches de Sol» será una de las más importantes formas para lograr una comunicación real del Seminario de Monterrey con los jóvenes e interesados en este ámbito musical y vocacional de nuestra Iglesia. Existe un fuerte trabajo de fondo que evita realizar un proyecto vacío, sino que pueda incidir efectivamente en el corazón de los jóvenes.

«Noches de Sol» será una luz en medio de la oscuridad que hará sentir el calor interno de la esperanza en una fría y larga noche que se está viviendo en todo el mundo y también en nuestra Arquidiócesis.

 

Sergio Mendoza González

Seminarista

3ero de Filosofía

02 Oct 2020

HELLO! 1

La felicidad es algo muy importante en la vida de las personas y en muchas ocasiones se busca ser feliz y vivir en paz, aunque a veces suene imposible. Es difícil detenerse para ir más allá de lo que se puede ver, ya que esto exige tiempo, que en ocasiones no tenemos, o no estamos dispuestos a ceder.

El encuentro con el otro nos lleva hacia una aventura, ya sea por las ideas o planes que pueda proponer. Estar en contacto con los demás nos ayuda a ver fuera de nosotros mismos, yendo más allá de lo cotidiano, y si ponemos atención, nuestra vida puede mejorar considerablemente.

Todos queremos saber para qué estamos aquí en el mundo, tenemos dudas sobre lo que debemos hacer o en dónde deberíamos estar, queremos estar seguros de nuestra vida y también ser exitosos en esta búsqueda.

Ser llamado a una vida de fe exige mucho de nuestra parte y no siempre es como se supone que deba ser, pero se tiene una oportunidad tan valiosa que llenará con creces nuestra vida. Por esto, buscar encontrarme con Aquel que me dio la vida, sea cual fuere el camino, aunque pueda causar miedo y duda, alcanza la certeza de que será una vocación feliz por el simple hecho de tener a Dios como nuestro origen y nuestro fin.
No hacen falta grandes discursos para saber hacia dónde ir. En el momento que nos quedamos sin habla ante la presencia de Dios, cuando miramos a Cristo, todo está claro, Jesús es el camino, la verdad y la vida. La vida con Dios hace al hombre feliz.

Recemos juntos:

Señor Jesús,
reconocíéndome amado por ti,
he visto cuanto te necesita el mundo;
A pesar del miedo y la duda, ¡aquí estoy!
Envíame a ser lo que has soñado para mi desde la eternidad.

María, madre de los jóvenes,
tú que dijiste sí con alegría,
enséñame a hacer todo lo que Él me diga.
Amén.

Seminaristas Mauro Villegas
Tercero de Filosofía

15 Mar 2019

HELLO! 1

El canto en la Iglesia tiene un papel fundamental; el entonces cardenal Joseph Ratzinger, en su libro “El espíritu de la liturgia”, expresa lo siguiente: «cuando el hombre entra en contacto con Dios, las palabras se hacen insuficientes, (…) se queda corto para lo que quiere expresar» (Ratzinger, 2009). Es entonces cuando a través del canto, invita a toda la creación a formar parte de esta unión.

La música sacra, durante la Cuaresma (tiempo privilegiado que la Iglesia dispone para la purificación de nuestro corazón, con miras a la Pascua) tiene como principal intención despertar en nosotros una actitud de recogimiento y verdadero arrepentimiento, y nos invita a mirar nuestra vida y nuestra historia, buscando una sincera conversión. Es por ello que, en este espacio, la liturgia nos propone el uso moderado de instrumentos musicales, con la finalidad de adentrarnos profundamente en este tiempo de preparación, reservando la alegría del canto para la gran fiesta de la Pascua.

Así como la tristeza del pueblo de Israel se vio transformada en alegría por su liberación y la expresó a través del Canto Triunfal (Cfr. Ex 15, 1-20), así en nosotros, el canto cuaresmal se verá transformado en la noche pascual; en la celebración del «verdadero éxodo que es la resurrección de Jesús» (Ratzinger, 2009), la victoria del Cordero.

Si dentro de nuestra comunidad formamos parte de algún ministerio de música, debemos recordar que a través de ella buscamos expresar el verdadero sentido de este tiempo litúrgico. Busquemos entonces, que este servicio que prestamos a Dios se vuelva verdadero motivo de reflexión a través del canto que brota de lo más íntimo de nuestro corazón.

Aprovechemos, pues, este tiempo de preparación y dispongamos nuestro espíritu para que, a través de la música sacra, logremos vivir el Misterio Pascual acompañando a Jesús no solamente en el dolor de la cruz, sino también en la alegría de su Resurrección.

Luis Carlos Solís Garza
Primero de Filosofía

25 Oct 2018

HELLO! 1

El Papa Francisco inauguró el pasado 3 de octubre el Sínodo de los Obispos sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. En su mensaje inicial, enfatizó en que el Espíritu Santo es el responsable de mantener viva y actuante la memoria de Jesús en el corazón de sus discípulos, y solicitó el ardor y la pasión por el Maestro, que haga a toda la Iglesia, capaz de soñar y esperar.

En esta línea, instó al Espíritu Santo el don de los sueños y la esperanza para los Padre sinodales, para que ellos a su vez unjan a los jóvenes con el don de la profecía y la visión.

El Papa reconoció que es necesario transformar todas aquellas realidades y estructuras eclesiales que apartan o alejan a la juventud. Volvió a denunciar el conformismo pastoral identificado en el “siempre se hizo así”, apelando a la esperanza que pide mirar el rostro de los jóvenes y las situaciones en las que se encuentran actualmente. Son ellos, dice, quienes están reclamando luchar contra todas las formas que obstaculizan sus vidas, si exigen una entrega creativa, dinámica, inteligente, entusiasta y esperanzadora de la Iglesia es porque eso les hace falta. Afirmó que necesitan ser acompañados, y pidió que no se les deje solos, en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y obscurecen su futuro.

Para lograr lo anterior, recordó que es necesaria la humildad suficiente de ver a los otros como superiores, de ser capaces de buscar el interés de los demás antes que los propios (Cfr. Flp 2, 4).

El Papa ha pedido a los obispos escucharse, cuidarse de no caer en la lógica de la autopreservación y la autorreferencialidad, apeló al amor por el Evangelio y por el pueblo para hacerlos capaces de buscar un bien mayor que beneficie a toda la Iglesia. Precisamente la escucha, les defenderá de la tentación de caer en posturas eticistas o elitistas, así como de la fascinación por ideologías abstractas que nunca coinciden con la realidad.

Para el Papa Francisco escuchar a los jóvenes es atender el llamado al despertar de la Iglesia y a acrecentar la esperanza. Ellos contienen las nuevas tendencias de la humanidad y son la apertura al futuro (EG 108). La custodia del Espíritu Santo hará posible que la riqueza y hermosura del Evangelio sean fuente constante de alegría y novedad que atienda la solicitud de los jóvenes.

Antonio de Jesús Peña Díaz
2do. de Teología.

12 Oct 2018

HELLO! 1

El Sínodo es un organismo consultivo, integrado por una asamblea de obispos de distintas partes del mundo, convocados por el Papa para realizar consultas, propuestas y sugerencias, sobre un tema específico.

En esta ocasión del 3 al 28 de octubre, se está llevando a cabo la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. En este sínodo participan 267 padres sinodales, 23 expertos en los temas a abordar, 49 auditores u oyentes y 34 jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.

En su discurso de apertura, el Papa Francisco, enfatizó en la gran importancia que tiene el diálogo en el enriquecimiento de nuestra Iglesia y pidió a los participantes, que se mantengan lo más alejado posible de realizar juicios basándose en estereotipos, pues esto causaría que todo intercambio de ideas fuese en vano.

En la homilía de la misa de apertura, el Santo Padre exhortó a los fieles a que verdaderamente tomen en cuenta lo que necesitan los jóvenes para su evangelización: “Ellos nos piden y reclaman una entrega creativa, una dinámica inteligente, entusiasta y esperanzadora, y que no los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión.” También invitó a los sacerdotes y obispos presentes en el sínodo, que repasen bien cual fue primeramente la intención de realizar el Concilio Vaticano II, que debe ser luz que alumbre a estos mismos jóvenes que se encuentran envueltos en un mundo complicado que cambia constantemente.

Pidamos al Señor que ilumine al Santo Padre y a todos los que forman parte de este sínodo, para que se llegue a una conclusión que verdaderamente pueda ser parteaguas en nuestra Iglesia, para que los jóvenes decidan acercarse a Dios y descubran la respuesta al llamado que Él nos hace a todos.

Seminarista Adrián Fernando Gutiérrez Hernández
2do. de Filosofía